Top Secret, 21 de julio de 2020

La vendimia

La vendimia

Este año se recogerá en torno al millón y medio de kilos de uva. La mitad, más o menos, de lo cosechado en 2019. Resistimos contra viento y marea -política-. Esta cantidad está lejos de los 3’7 millones de kilos de 2015 y de los apenas 700 mil de 2016. Dos años consecutivos marcando hitos, por arriba y por abajo. La mayor o menor presencia de lluvia es el factor determinante. Según el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los Vinos de Lanzarote la calidad de la uva que viene es excelente, precisamente por la sequedad de esta temporada, por lo que, bien tratada, se esperan unos vinos asimismo excelentes. Sabemos hacerlo y lo hacemos de maravilla. Sobre las espaldas del viticultor, sin embargo, siguen pesando no sólo las largas horas a pie de parra, sino la absurda burocracia que tiene aburridos a centenares de ellos en isla. Curiosa esta política capaz de dar el visto bueno al registro vitícola e incapaz de encontrar un antídoto cuando se demuestra un requisito casi insalvable para muchos viticultores a la hora de cobrar las ayudas. 

El negocio 

Ayudas, por otra parte, irrisorias si las comparamos con la que reciben otros productos en otras islas. En Lanzarote, a ojo de buen cubero, la producción de vino rondará los dos millones de botellas ya que a los kilos de uva recogidos hay que añadir el excedente no embotellado debido al confinamiento y parón de la economía. Con todo, esta cantidad no parece excesiva teniendo en cuenta el consumo local de los 120.000 residentes mayores de edad aunque igual tenemos que hacer un sobre esfuerzo porque no contaremos con la ayuda suficiente de los turistas. Que van llegando, pero muy a cuentagotas. En todo caso será un placer ese sacrificio porque estamos hablando de un producto de calidad mundialmente reconocida. Puede que incluso más de lo que nosotros mismos nos creemos. Como en muchos otros aspectos, tenemos el ego un tanto encogido cuando podemos salir por ahí, sin miedo y de cara, plantando la malvasía volcánica o el vino volcánico -en auge desde hace algunos años- en las narices de cualquier crítico.

Marketing

El producto lo tenemos. Y es cierto que ha ido creciendo en prestigio. De un tiempo a esta parte el llamado vino volcánico ha ido adquiriendo una mayor presencia hasta convertirse casi en pasión para los entendidos. Y no son muchos los territorios que pueden presumir de él. En Europa, Sicilia, Santorini, Madeira una región cerca del Monte Vesubio y Canarias, por supuesto. Y dentro de Canarias, Lanzarote. Aunque luego en no pocas publicaciones, se hable más de Tenerife. Debe ser cosa del marketing o de la ligera inclinación de los gobiernos hacia la isla del Teide. Quizá el volcán emane allí un magnetismo del que carece Timanfaya. O puede que sus políticos sean más espabilados que los nuestros. A saber.

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