La lectura regional

Las negociaciones, en abierto, para la moción de censura contra Pedro San Ginés constituye también una partida de pura estrategia política para el conjunto de Canarias. ¿A qué nos referimos?

De lo que ocurra estos días en Lanzarote y, sobre todo, de las heridas más o menos profundas que pudiera dejar un fracaso en las negociaciones podría depender incluso la mismísima presidencia de Canarias tras las elecciones de 2019. Como para tomárselo a broma. Los próximos comicios autonómicos no van a dejar mayoría absoluta de ningún partido. Por tanto tendrá que haber pacto para investir presidente. Puede que incluso los números no den ni con dos partidos. La irrupción de las nuevas formaciones ha contribuido a fragmentar el voto y a ampliar la representación de las fuerzas políticas presentes en el Parlamento regional. Y todavía falta una, Ciudadanos, que todo el mundo da por hecho que estará tras la cita de 2019. Un entendimiento en Lanzarote entre PSOE, Podemos, Ciudadanos más la suma de Nueva Canarias podría dar un disgusto a Coalición Canaria al que sólo le salvaría agarrarse al Partido Popular y alguna minoría tipo gomeros o por el estilo. De momento el PP de Asier Antona se deja ver (y querer) al aprobarle a Clavijo los presupuestos de 2018 , cosa que todo parece indicar que sucederá. 

 

Así pues, puede que la mariposa de la moción de censura agite las alas en el Cabildo de Lanzarote y dentro de año y medio provoque el sunami del fin de los gobiernos nacionalistas en el Archipiélago (vienen gobernando ininterrumpidamente desde abril de 1993). Varios de los presentes en la llamada Mesa de partidos celebrada en la tarde de ayer en el Cabildo, interpretaban al término de la reunión que la presencia en la misma de Inés Chinea, secretaria de Organización de Podemos Canarias había que situarla en esa clave regional. A fin de cuentas lo que se debatía era una cuestión política insular, y hubiera bastado que se rindieran cuentas desde Lanzarote, pero prefirió venir. Ojo al dato. ¿Su presencia supone echar de menos al cabeza de lista de Podemos al Cabildo, Carlos Meca? Pues no porque, además de estar presente (como no podía ser de otra manera) Meca se vio respaldado en sus tesis por la secretaria de Organización autonómica quien, sin embargo, introdujo  la sugerencia de que las medidas propuestas por Meca, se sometan al criterio de la asamblea, primero, y a votación de los adscritos posteriormente.

 

Carlos Meca se ha convertido en el epicentro de todas las miradas políticas prácticamente desde el mismo instante en que irrumpió, con Podemos, en el Cabildo. Nada menos que tercera fuerza más votada, por detrás de Coalición Canaria y el Partido Socialista y por delante del Partido Popular. Su discurso agresivo ha sido comprado una y otra vez por el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, quién no rehúye la bronca dejando para el recuerdo momentos irrepetibles en ese salón de plenos cabildicio. Pero a Meca le reprochan que haya llevado esas maneras también ante quienes se les supone aliados. Su veto al candidato socialista José Juan Cruz, planteado en el mismo instante en el que se mostraba partidario de censurar a San Ginés (y postulándose  a sí mismo como el presidente sustituto) provocó un aluvión de reacciones en su contra e inauguró, de paso, el 'sí, pero tú no' en el que estamos instalados. Y cuando la postura se atenuaba tras el escenario admitido por Podemos Canarias, nuevo conejo en la chistera de Meca: hurgar en Somos preguntando reiteradamente por la candidata de Alternativa Ciudadana, integrante en las listas de Somos, como fuerza instrumental en las pasadas elecciones, pero ausente en la reunión de este lunes. Si no fuera porque está libre de toda sospecha para quienes le conocemos, pareciera que no tiene demasiadas ganas de censurar a San Ginés. Quien, por otra parte, empieza a tener bastante que agradecer al que prometió no dejarle dormir. Desde que quedara en minoría, su presencia en el despacho de la Presidencia está en el tiempo de prórroga, que puede ser de días... o hasta 2019.