SECTOR PRIMARIO

La Geria, otro desafío que espera un Plan

Los cosecheros esperan que aparezca alguien dispuesto a garantizarles, y abonarles, un precio razonable y estable a sus uvas. Ese alguien se llama POSEI.
La Geria, otro desafío que espera un Plan

La reciente anulación judicial del Plan Especial del Paisaje Protegido de La Geria ha sumido a este valioso espacio en una mar de incertidumbres. Las actividades económicas tradicionales y las nuevas que, eventualmente, pudieran implantarse están en veremos hasta que se tramite y entre en vigor el nuevo planeamiento. Es lo que tiene la falta de consenso: antes o después la justicia anula los planes impuestos.
 
De aquí a allá, más de la mitad de las bodegas existentes en la isla se quedan como estaban, mirando por los celajes, sencillamente porque no se localizan en la Geria, sino que se encuentran en las localidades Tinajo, La Vegueta, Tías, La Asomada, Teguise, Mácher, San Bartolomé y Punta Mujeres. Es decir, se hallan fuera de los límites del espacio natural protegido. El resto, las ubicadas en La Geria, no saben a qué atenerse. Según sus propios datos, las bodegas en su conjunto son capaces de absorber unos tres millones de litros.
 
Sólo el aumento de los ingresos de los cosecheros garantizará el paisaje de La Geria
El otro gran colectivo lo integran los cosecheros, que suman casi 1.800 personas. Asimismo, no todos tienen sus parcelas en La Geria, pero que haya o no Plan Especial cambia muy poco su situación. Su problema no es de índole urbanística, ya que lo que esperan es que aparezca alguien dispuesto a garantizarles, y abonarles, un precio razonable y estable a sus uvas. El doble que el actual, al menos por cada kilogramo de uva recogido. Ese alguien es la Unión Europea y el mecanismo no es otro que el POSEI, las ayudas agrícolas a las regiones ultra periféricas.
 
Los costes fijos de los productores de uvas son elevados debido a las características del paisaje y, por ello, al carácter artesanal de la producción. Por otro lado, sus ingresos proceden de dos fuentes, la venta de uva y las ayudas europeas a la producción. En números redondos, un cosechero inscrito en el Consejo Regulador percibe unos dos euros por kilogramo de uva. De ellos, menos de 30 céntimos proceden de las ayudas europeas. En conjunto, ello significa aproximadamente la tercera parte del volumen de negocio del sector vitivinícola en la isla, que se estima en unos 12 millones de euros anuales. 
 
La ayuda europea es ridícula. Se subvenciona la hectárea, no el kilogramo de uva. En consecuencia, se subvenciona igual una hectárea “normal” que otra situada en pleno  corazón de La Geria, formada por hoyos profundos y que requieren muchísimo más esfuerzo siendo menor su productividad, aunque su contribución paisajística es mucho más valiosa. La clave para la viabilidad del sector radica en aumentar los ingresos de los cosecheros, pues sólo así se garantizará el mantenimiento paisajístico de La Geria.

Comentarios