La ciudad de ATI

Nadie confiesa ahora la autoría de haber puesto el cazo al fuego, aunque no cabe duda de que los dirigentes de la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI) no dan puntada sin hilo en su obsesión por recuperar una plaza que consideran de su entera propiedad: la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. El Ayuntamiento estuvo en sus manos durante 40 años de manera ininterrumpida, primero con la Unión de Centro Democrático y, más tarde, cuando este implosionó, el centro derecha santacrucero y algunos residuos franquistas se sacaron de la manga una agrupación tinerfeñista e independiente. Desde entonces, sobre ella ha pivotado el regionalismo canario con tintes nacionalistas articulado en torno a Coalición Canaria (CC).
 
El motivo de la ofuscación de ATI se llama Patricia Hernández, la alcaldesa socialista que el año pasado dinamitó la hegemonía de cuatro decenios de ATI-CC en Santa Cruz de Tenerife con el respaldo de Ciudadanos (Cs) y Unidas Podemos. Pero el equilibrio es tan precario que basta con que se vire un solo concejal para que todo se vaya al traste. Y en eso se supone que estaban los áticos, a puntito, cuando Inés Arrimadas decide maquillarse y conectarse por video conferencia para proclamar que en el centro está la virtud y que nanay de desestabilizar las instituciones. Un portavoz autorizado de Cs en Tenerife, al referirse a la posible moción de censura que sobrevuela la ciudad, la ha calificado de “conspiraciones” e “intrigas” y sólo le faltó señalar con el dedo a los que presumen de dar puntadas sin hilo.

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