La cascada

Un pacto en cascada, en cadena. De arriba abajo, obligando a nacionalistas y socialistas a entenderse desde el Gobierno autónomo a los Ayuntamientos pasando por los Cabildos. Eso fue lo que se firmó tras las elecciones autonómicas de 2015, conscientes las partes de que las tensiones locales harían saltar por los aires el acuerdo en algunos municipios, como así ha sido. Lo que no se esperaba es que volara también en el propio Ejecutivo, al menos en tan poco tiempo.

Parece una decisión incoherente la adoptada por CC al expulsar a sus socios de gobierno, pero no lo es. La gran coalición prospera en el país, menos en Canarias. El PP intenta calmar a C’s y a CC, ambos cada vez más irrelevantes tras el apoyo del PSOE a la investidura de Rajoy. Esta última, Coalición, con una sola diputada en las Cortes de los 15 que le corresponden a Canarias, mide el tiempo en las Islas, su tiempo, sabedora de que una hora menos juega a su favor. Y si en la península hay gran coalición, aquí la hay a secas. Que lo sepan.
 
“En Canarias votaron más de un millón de personas en las últimas generales, obteniendo CC su única diputada con menos de 80.000 papeletas”
 
En Canarias votaron más de un millón de personas en las últimas elecciones generales, obteniendo CC su única diputada con menos de 80.000 papeletas, sólo el 8% de los sufragios. Se consolida así la tendencia a la baja que viene registrando la formación en las últimas citas electorales, confirmada antes en las autonómicas de 2015, en las que votaron casi un millón de personas, de las que casi dos de cada diez tan solo se inclinaron por esta opción. Fue la tercera fuerza en votos, pero la primera en escaños. Paradojas de la vida, el PP consiguió más votos, pero consiguió con seis escaños menos.
 
Algo no va bien en el Archipiélago. Se firmó un pacto en cascada que ha devenido en catarata -por aquello de la falta de visión- y que ha sido corregido ahora con el único fin de concitar la aclamación en el Congreso que CC celebrará en marzo próximo. El objetivo de la unanimidad sin fisuras no es otro que tratar de evitar la sangría de votos que viene registrando o neutralizar posibles disidencias, como la preanunciada por los herreños. Y apropiarse del éxito de la reforma del Estatuto de Autonomía con mayor visibilidad.
 
Con más compromisarios cómodamente instalados en el poder y sus zonas aledañas, es más fácil instigar la glorificación. También la supervivencia viene en cascada. Y para ello es fundamental aparentar más de lo que se es.
 
Ernesto Cedrés

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