PROYECTO LANZAROTE XXI

La carretera hacia San Bartolomé: un laberinto en Argana

La propuesta de Lanzarote XXI conseguiría recuperar el carácter urbano de un entorno residencial y comercial y que se encuentra fragmentado por el principal eje viario.

La carretera hacia San Bartolomé: un laberinto en Argana

El código LZ-20 no nos dice nada; en cambio, el laberinto de Argana, sí. No se puede llamar de otro modo a la carretera más desafortunada que se ha construido en la isla y que discurre entre Los Cuarteles y la salida de Arrecife, por el centro, hacia San Bartolomé. A lo largo de dos kilómetros, esta vía cruza la zona de Argana al sur, desde la rotonda de los Cuarteles hasta el entorno de la calle León Felipe, al norte. 
 
¿La alternativa a este laberinto? Soterrar. De hecho, el Pleno del Ayuntamiento de Arrecife aprobó el pasado 26 de julio, por unanimidad, una moción presentada por Vecinos Unidos en la que solicitaba “llevar a la Mesa Territorial” el proyecto de soterramiento de Argana, para así incluirlo en el futuro Plan General de Ordenación de la ciudad.
 
Esta deficiente e incomprensible infraestructura lo destroza todo a su paso, ya que los numerosos y diversos usos que se dan en su entorno generan niveles de tráfico que dificultan la fluidez de la circulación. Esta vía no sirve para los desplazamientos de potenciales clientes y usuarios de empresas y servicios de la zona y dificulta, e incluso imposibilita en ciertos sectores, el tránsito peatonal. Peor, imposible.
 
Está pensada como una carretera y no como una calle en una zona urbana
El tramo de vía que transcurre a lo largo de Argana cuenta con un eje central bidireccional de un carril por sentido de la vía, cuya función es principalmente favorecer la fluidez de los recorridos cuyo destino se encuentra fuera de la zona residencial/comercial/industrial de Argana. Eso es así porque está pensada como una carretera, y no como una calle que atraviesa una importante zona urbana. 
 
Atravesar la vía a lo ancho es misión casi imposible. Esto es debido a que hay dos franjas de ajardinamiento con bordillo que imposibilitan la permeabilidad entre los carriles del eje y los exteriores, por lo que el cambio de sentido de la marcha se debe realizar a través de dos cruces o nudos, con glorietas de pequeña dimensión que dificultan, principalmente, los giros de vehículos pesados y de gran dimensión que habitualmente transitan por esta zona.
 
La falta de permeabilidad entre el tronco central y los carriles exteriores dificulta que un vehículo pueda apartarse en caso necesario, no disponiendo ni siquiera de arcenes para ello cuando se circula por los carriles centrales. Una situación que empeora en los tramos bajo rasante, ya que el hecho de transitar a cierta velocidad por estos carriles, la cierta pendiente o desnivel y las ligeras curvas que se producen en estos mismos espacios, aumentan los inconvenientes que pudieran darse en caso de incidente.
 
En la actualidad sólo se piensa en mejorar el firme de la vía, nada más
La presencia del Hospital General tiene gran peso frente a la necesidad de mejorar la situación del tráfico en el entorno, que es sumamente caótico en ciertos tramos horarios de jornada, (sobre todo laborales, tanto para el acceso particular de pacientes y usuarios, como para los vehículos de emergencia. 
 
Por otra parte, el tránsito peatonal es especialmente complejo y peligroso. Genera incomodidad sobre el propio peatón y demás usuarios de la vía. Las aceras son casi inexistentes y, en caso de localizarse en alguna zona, no tienen continuidad o se encuentran en estado regular, invadidas muchas veces por vehículos estacionados que se vinculan a las actividades localizadas a pie de carretera.  
 
Una posible alternativa que plantean las Administraciones Públicas se recogió en el borrador de la Aprobación Inicial del Plan General de Arrecife de 2014. Ahí se planteó “el soterramiento parcial de la zona del Hospital, permitiendo así la comunicación” entre las dos Arganas. La circulación rápida estaría soterrada, mientras que en la superficie se establecería una “calle con un marcado carácter urbano”. Sin embargo, la idea fue aparcada. En la actualidad, lo único que proponen las Administraciones es una intervención de mejora del firme a lo largo del tramo de vía, con una inversión de 900.000 euros.
 
Lanzarote XXI ofrece soterrar el eje central, conservando un carril por sentido
Sin embargo, el proyecto Lanzarote XXI ofrece una solución adecuada y valiente. Se trata de soterrar el eje central de la vía, conservando un carril por sentido, incorporando arcenes y otras medidas de seguridad para la circulación. El sector soterrado consistiría en un falso túnel con una longitud de 1,5 kilómetros. Por este tramo subterráneo circularía el tráfico de paso, de entrada y salida a la ciudad. De este modo, se reduciría la presencia de vehículos en un entorno que debiera recuperar las características propias de espacios urbanos.
 
Por otro lado, la planta en superficie se integraría en la trama urbana, permitiendo tan solo el tráfico con origen/destino en la zona de Argana. Así, se crearía una avenida con aceras de cinco metros de ancho, como mínimo, en ambos márgenes. También se dispondría de un carril bici-running en un ancho de 5,40 metros, el cual permitiría la convivencia entre peatones y ciclistas.
 
Otra medida consistiría en transformar los actuales cruces con glorietas amplias, dando prioridad a los desplazamientos del eje central, que acoge habitualmente mayor intensidad de vehículos, en donde se mantendrían dos carriles por sentido. Este corredor integraría espacios para el tránsito peatonal y ciclista.

Ventajas de Lanzarote XXI para Argana

Tanto Argana Alta como Argana Baja precisan cambios ambientales con repercusiones para su economía y dinámica social. La propuesta de Lanzarote XXI conseguiría recuperar el carácter urbano de un entorno con uso residencial y de actividades económicas y que se encuentra actualmente fragmentado por el principal eje viario. Se daría así prioridad a los desplazamientos cuyo origen/destino se encuentre en esta zona en particular.  
 
Otra ventaja sería mejorar la conectividad de los desplazamientos cuyo origen/destino se encuentra fuera de la zona de Argana Alta. Los vehículos pasarían a transitar a través de un tramo soterrado que permitiría una mejora de la fluidez en estos trayectos.
 
Además, reforzaría la comodidad de los desplazamientos en el entorno urbano, favoreciendo el tránsito y la estancia de peatones que, incluso, puedan sentirse atraídos por un entorno más amable que brinde incluso cierta calidad y beneficios a un barrio de especial vulnerabilidad urbana como es Argana. 
 
Por último, se diversificarían las posibilidades de acceso y desplazamiento por la zona, con la incorporación de infraestructura específica para peatones y usuarios de la bici, generando la conexión de este sector con el resto de la isla a través de la red insular. 

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