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Islote de Fermina, crónica de más de medio siglo de ineptitud política

El Islote de Fermina puede llegar a convertirse en uno de los grandes iconos de la marina de Arrecife, pero hasta ahora tan solo es un monumento a la incompetencia.

Islote de Fermina, crónica de más de medio siglo de ineptitud política

En la marina de Arrecife todo es aprovechable, hasta los charcos a marea vacía, pero los poderes públicos no han sabido qué hacer con ella ni dar respuesta a dos de sus islotes, el de Fermina entre ellos. En los últimos cincuenta años, ha podido convertirse en uno de los grandes iconos de la fachada marítima, pero, tristemente, el Islote de Fermina ha quedado reducido hasta ahora a un monumento a la incompetencia de las administraciones públicas. Puede que la historia cambie por fin.
 
En los años 70 del siglo pasado, César Manrique diseña una intervención consistente en una piscina de 3.600 metros cuadrados, solárium, embarcadero y cafetería. Las obras se iniciaron y casi concluyeron, pero el espacio nunca se utilizó y acabó sumido en un total abandono. Durante décadas, daban ganas de llorar al recorrer sus más de 14.000 metros cuadrados de superficie.
 
Según Agustín Pallarés, el nombre de Fermina le viene del uso que estuvo haciendo del Islote una empresaria lanzaroteña del mismo nombre, a principios del siglo pasado, como carenero y lugar de construcción de barcos. El nombre de Islote del Quebrado, en cambio, es el que se daba antiguamente al conjunto del Islote y el arrecife contiguo que se prolonga hacia el oeste, justo enfrente a la playa del El Reducto, y que emerge a marea vacía. El nombre Islote del Amor es más reciente en el tiempo, al utilizarse como lugar de encuentros íntimos por su situación apartada.
En 2008 las obras son entregadas y cuestan el doble de lo previsto (2,4M€)
 
Después de décadas de desidia, en el año 2000 la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias convocó un concurso de ideas para recuperar el Islote de Fermina. Su titular era Juan Carlos Becerra. El concurso se falla al año siguiente y lo gana el proyecto ‘Mareas’, en cuyo equipo se encuentra el arquitecto lanzaroteño Carlos Morales. Desechan la piscina y en su lugar proponen una plaza central, y articulan varios locales de ocio y un centro de vela, aprovechando el embarcadero. Pero el proyecto cae en el olvido.
 
No obstante, en 2004 concluye el desmonte el antiguo paso de hormigón y piedras que unía el Islote con la ciudad, y se instala el actual puente de madera. Un año más tarde, la Consejería de Turismo anuncia que no se va a ejecutar el proyecto ’Mareas’ y que, en su lugar, se va a recuperar el original de Manrique. Su titular era Manuel Fajardo Feo. En 2006 se inician las obras y al año siguiente, unos días antes de las elecciones locales, tiene lugar un simulacro de inauguración ya las obras no habían concluido. Pasa el tiempo y hay que ampliar el presupuesto porque el Islote carecía de instalación eléctrica (¡!).
 
Finalmente, las obras cuestan el doble de lo previsto, en torno a 2.395.000 euros, y son entregadas en agosto de 2008, con un año y medio de retraso, por otro titular de la Consejería Turismo de Canarias. Su titular era Rita Martín, también de Lanzarote, como los dos anteriores. Desde entonces, todo ha ido de mal en peor. Se firma la concesión administrativa entre el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria de Las Palmas, por el que el Ayuntamiento pagaría 37.000 euros anuales, y el Consistorio también contrata seguridad privada para vigilar el Islote. 
La situación en 2017 es de total abandono y casi 3M€ tirados a la basura
 
Antes de recibir la obra, el Ayuntamiento meditó ceder el espacio a los Centros Turísticos para que lo gestionaran, llegándose a considerar la reubicación aquí del Museo de Cetáceos de Canarias. El caso es que nada parece funcionar. En 2010 el Ayuntamiento de Arrecife retira la seguridad privada del Islote y las instalaciones comienzan a deteriorarse y a ser objeto de actos vandálicos. 
 
La situación en 2017 es de total abandono, ausencia de ideas y casi tres millones de euros tirados a la basura. Un año más tarde, de la mano de los Centros Turíticos, se acuerda ejecutar obras de reparación, consolidación, mejora y modernización de las estructuras existentes, con un presupuesto de casi 1,4M€. El propósito era convertir el Islote en un espacio dinamizador de la actividad turística de Lanzarote a partir del ocio náutico ligado a la sostenibilidad del mar, la innovación tecnológica y el talento.
 
En julio de 2020 el Islote sigue cerrado. La presidenta del Cabildo de Lanzarote, la alcaldesa de Arrecife y el consejero delegado de los Centros de Arte, Cultura y Turismo se reúnen y analizan el estado actual del proyecto del Islote de Fermina y estudian distintas propuestas para dotar de nuevo contenido a un espacio que, “en cualquier caso, será de uso público y se destinará al disfrute de la ciudadanía”. Quizá la historia cambie por fin.

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