Top Secret, 23 de octubre de 2020

Haría

Haría

La proverbial tranquilidad de Haría, que se agiganta en el caso de la capital del municipio, está a punto de quebrarse y derivar en bronca política a poco que se tuerzan las cosas en los plenos de este sábado. Se discutirá el añadido, adenda en lenguaje técnico, al acuerdo al que llegaron en su día el entonces alcalde, Marci Acuña con quien era el presidente del Cabildo en la fecha, Pedro San Ginés, sobre la sentencia judicial del conocido como caso de la Cueva de los Verdes. Una sentencia firme porque no se recurrió. El pleito que interpuso años atrás el Ayuntamiento que entonces presidía José Torres Stinga lo perdió el Cabildo. Pero sucede que Pedro San Ginés es muy mal perdedor, y eso que tendría que estar acostumbrado porque la justicia se lo tira todo al piso. Fiel a su estilo, reflejo del dimismo —de Dimas Martín— más puro, cada vez que hay una sentencia en contra le da por interpretarla y hacer ver a la opinión pública, incluidos sus propios compañeros de partido, reflejo de los militantes del dimismo, que los jueces no tienen ni pajolera idea de lo que hablan y que, por fortuna, está él para enmendarlo todo.

Acuerdo

Y trató de enmendar la sentencia. Lo hizo con uno de esos acuerdos estrambóticos que fueron tan comunes durante la década negra de su mandato: reduciendo a cenizas la bien ganada fama de los técnicos del Cabildo que fueron sustituidos por informes de colegas sobrevenidos. El caso es que pilló al sumiso Marci Acuña y a los muditos de los órganos del partido que deciden estas cosas —luego, fuera de reuniones, sí que hablan y rajan a base de bien— y les grabó a fuego que su idea era mejor que mil sentencias de mil jueces. Y trató de que la Audiencia de Cuentas, el Gobierno de Canarias y el Consejo Consultivo se la avalaran. Y lo mandaron a freír chuchangas. De modo diplomático, claro. Sin embargo, lo que no hizo San Ginés fue lo único que debió haber hecho: pasarle el acuerdo al juez del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 5 de Las Palmas, firmante de la sentencia, para conocer si el estrafalario acuerdo le parecía bien.

Indemnización

Ahora el Partido Socialista presenta una adenda en la que, básicamente, se pone cantidad a la indemnización que se ha de pagar a Haría por parte del Cabildo, se establece un plan de pago anual y se adquiere el compromiso de ir al juez a que lo avale. Aparentemente el convenio quedaría como cosa bastante más seria de incorporar ese añadido. Pero a San Ginés de la trae el pairo la letra del convenio: quiere tener la razón. Y punto. Ansía que el relato que quede de este pleito sea el suyo. Que la historia diga que fue Don Pedro San Ginés Gutiérrez quién llegó a un acuerdo que cerró el largo conflicto que iniciaron él mismo y su entonces compañero de partido José Torres Stinga por ver quién la tenía más grande. En realidad, lo de menos es lo que diga el acuerdo y con quién se firme.  En su partido, de momento, le siguen permitiendo esta estrategia testosterónica. De puertas afuera, sin embargo, rajan.  Como ocurría en el PIL de Dimas, nadie osa toserle. Confían en que sean los tribunales de Justicia, precisamente, quienes hagan el trabajo de los críticos.

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