Opinión

Guatizamar, adiós Lanzarote

Guatizamar, adiós Lanzarote

Pues sí, Guatizamar va a ser el nombre de la primera empresa europea de producción en acuicultura de pepinos de mar. Un nombre precioso, muy canario, con personalidad, con sabor a Atlántico y respetuoso con la naturaleza y con el buen gusto. Una pena que, finalmente, nuestro proyecto, por los males de la burocracia, no pueda desarrollarse en Lanzarote, y lo vayamos a implantar en el sur de Portugal y/o Cabo Verde, también lugares con carácter e idóneos para esta acuicultura, todo hay que decirlo.
 
La burocracia aburre y mucho, y hace perder el tiempo y desespera. Somos conscientes de que el proyecto debe realizarse y, por tanto, nos lo tenemos que llevar a otros lares a la vista de las trabas burocráticas encontradas en Canarias. Pero, a pesar de esa claridad de pensamiento, da pena y por muchas razones. Se trata de un proyecto innovador en Europa, con un importante soporte en investigación y en desarrollo de bio-tecnología, sostenible y respetuoso con el medio ambiente, focalizado en una especie cuyo rango de distribución incluye las Islas Canarias de modo natural, evitando cualquier riesgo asociado a especies invasoras, centrado en la acuicultura de un animal que ha sido llamado la ‘aspiradora de los mares’. Porque el ‘bicho’ en cuestión hasta limpia de materia orgánica los fondos y apenas produce desechos en comparación con otros tipos de acuicultura extensiva e intensiva que actualmente ya se están desarrollando en Canarias. Creo que no se puede pedir más a un proyecto empresarial en una isla declarada Reserva de Biosfera. Y todo eso lo va a perder Lanzarote... Por la dichosa burocracia.
 
Lanzarote está perdiendo una oportunidad de situarse como isla pionera en el desarrollo de acuicultura de pepinos de mar en Europa
 
La idea es buena, muy buena, ¿por qué no decirlo? Consiste en reutilizar salinas tradicionales abandonadas, donde ya no se cultiva sal marina, para el desarrollo de acuicultura en tierra, pero, eso sí, respetando su estructura, sus materiales, su paisaje y añadiendo valor al espacio. A través de una colaboración de varios años con los mejores y únicos investigadores en Europa en acuicultura de pepinos de mar, la empresa ya tiene optimizada la inducción al desove de la especie objetivo, la fertilización in-vitro, la producción de larvas y juveniles, así como las dietas de engorde de adultos. Y todo ello con un impacto ambiental bajo mínimos, porque además en este proyecto también se contempla el uso de energías renovables.
 
Por si fuera poco, la empresa promotora cuenta ya con una dilatada experiencia en el mercado asiático y en la comercialización de productos de la mar, y tiene el respaldo de investigadores de reconocido prestigio internacional en el ámbito de la acuicultura de pepinos de mar. Estos puntos positivos aseguran aún más el éxito del proyecto. 
 
Me reitero... ¡una pena! Porque además la empresa, obviamente, iba a seleccionar en Lanzarote la mayor parte de su personal, contribuyendo a la reducción de una tasa de paro que ya superó el 23% en 2017 según datos publicados por el propio Cabildo. Creo firmemente que Lanzarote está perdiendo una oportunidad de situarse en el mapa, pero esta vez como cuna de la actividad de I+D y como isla pionera en el desarrollo de acuicultura de pepinos de mar en Europa. Este proyecto, además, permitiría reducir la presión pesquera que actualmente ya se está realizando de forma ilegal en las islas y proporcionaría una biotecnología que podría ser usada en acciones de repoblación de los stocks, si fueran necesarias. 
 
Queda mucho más por decir, pero ya no hay tiempo, ni espacio, ni ganas...  ¡Adiós, Lanzarote!  
 
Mercedes González-Wangüemert, Centro de Ciências do Mar Universidade do Algarve.

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