Fracaso colectivo en Arrecife

Fracaso colectivo en Arrecife

La alcaldesa de Arrecife, según los medios de comunicación, avanza que durante el primer trimestre de 2018 realizará una consulta popular para que la población sea la que decida sobre el cierre de la Avenida. De realizarse una consulta como esta, donde se decidiría mantener el cierre en las condiciones actuales o proceder a su apertura a todo el tráfico, nos enfrentaríamos a los dos únicos escenarios posibles en función de la respuesta que emane de la misma. El sentido de ese resultado estará condicionado a la capacidad de movilización de unos y otros.
 
Quienes defendemos mantener la vía sólo para vehículos públicos, de transporte y acceso de residentes, tenemos la certeza de que algunos argumentos de la otra parte son percibidos como inciertos, como es el de relacionar el fracaso de determinada actividad comercial de la zona con el cierre al tráfico masivo. Tal afirmación niega la existencia de hasta cinco edificios de aparcamiento, no reconoce el cambio de hábitos de los compradores, ni el desplazamiento de la actividad comercial a otras zonas, ni tan siquiera la obsolescencia de algunos comercios o el exceso de oferta de una misma actividad -los bares- que, paradójicamente, es la que atrae público a la búsqueda del bienestar de las zonas peatonales apartadas del tráfico. Un cambio de hábitos que hace que los bares sin terraza sean rechazados por los usuarios. Usuarios que practican el esparcimiento en las terrazas en el centro, pero que realiza sus compras en las superficies comerciales que proliferan en torno a la ciudad.
 
Han faltado medidas complementarias de humanización en la Avenida
Quienes creemos que la Avenida debe mantenerse en la situación actual, no tenemos el nivel de control y de manipulación del que hacen gala algunos agentes favorables a la apertura. A estos, probablemente les asista algún interés no manifestado, y que pudiera guardar relación con la actividad comercial en Marina Lanzarote, para unos, y el acceso y aparcamiento a la puerta, para otros.
 
De imponerse la tesis de proceder a la apertura a todo el tráfico, en un breve plazo constataremos que el incremento de los vehículos que circulen por la Avenida no supondrá la mejora del nivel de ventas. Sí el del ruido, la contaminación y la disminución de la calidad ambiental actual. Los comerciantes seguirán descontentos, porque tráfico y ventas no van de la mano como les quieren hacer creer. Los vecinos y usuarios estarán cabreados, y no habrá posibilidad de potenciar un uso de la calle como espacio de recreo y de paseo.
 
Han faltado medidas complementarias de humanización del espacio, de mejora de los bordes de los parques para dotarlos de zonas de sombra, de elementos de socialización. La Avenida ha sido entregada al Ayuntamiento sin que este haya intervenido en el espacio, ya sea para reponer las especies vegetales perdidas o mejorar unos asientos que nadie usa y que se encuentran a pleno sol.
 
 
Ahora, el Cabildo pretende poner en evidencia a la alcaldesa, aprovechando la falta de acción de los suyos
La alcaldesa, con buen criterio, se agarró al discurso del cierre, pero no ha acometido acción alguna de mejora de aquello que nace con déficits. Ni un solo gesto, quizás porque falta el concierto de CC que controla áreas que no va a poner al servicio del PSOE, en la torpe creencia de que le perjudicará electoralmente, pero a quien realmente están dejando tirados es a la ciudadanía a la que han dejado de servir o no han servido en ningún momento. Ahora, el Cabildo pretende poner en evidencia a la alcaldesa, aprovechando la falta de acción de los suyos en el Ayuntamiento y se postula para renovar el parque nuevo, una jugada que pretende trasladarnos la preocupación de CC por la ciudad pero que oculta que esta no es más que un tablero del peor juego, pues CC gobierna en el Ayuntamiento sin que muestre capacidad alguna, el más mínimo talento... 
 
El área de Parques y Jardines, en manos de CC de forma simultánea, se pone al servicio de la población brindando un servicio telemático para trasladar las incidencias que acontezcan en la ciudad (ignoro si sólo de su Concejalía). La medida ya es objeto de comentarios, pues la evidencia de cuál es la problemática es tan sangrante que más parece una forma de congraciarse con una ciudadanía aburrida que un interés en la resolución de los problemas. Demostraría igualmente que la concejala desconoce la realidad. O es muy torpe. 
 
La alcaldesa podría perder esta batalla. Sería una pérdida para todos. Un fracaso colectivo que bebe de la incapacidad de entendernos, que pone de manifiesto la lucha de poder entre partidos para desgastar al oponente, y da la medida de una ciudad atrasada, profundamente arraigada en ciertos grados de mezquindad que es lo que viene caracterizando nuestras relaciones.

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