Top Secret, 2 de abril de 2018

En la muerte de Manolín

Manuel González Díaz ha perdido la batalla que venía librando, desde hace más de un año, contra el cáncer de pulmón. Lanzarote pierde una de esas piezas sin la que no es posible armar el puzle de la vida política insular de finales del siglo XX. Sus coetáneos le rebautizaron como Manolín “El Facha” y así, con este nombrete, y como suele suceder siempre, fue más fácilmente identificado entre quienes lo mentaban por cualquier cuestión. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, Manuel González fue parlamentario regional por el Partido de Independientes de Lanzarote, PIL, formación a la que, sin embargo, le fue mucho más útil en las cocinas. Siempre se le consideró el ideólogo de la formación insularista liderada por Dimas Martín, que arrasaba en cualquier cita electoral desde finales de los ochenta del pasado siglo hasta el primer lustro de este, año arriba, año abajo. Junto a Matías Curbelo, también recientemente fallecido, formó el equipo que aupó a Dimas a lo más alto de la política insular, regional e incluso nacional, con escaño en el Senado incluido. Manolín pasó por uno de esos intelectuales  provocadores (incansable lector) que expresaba sin ningún tipo de complejos cualquier idea que consideraba justo defender: Israel, Marruecos, Estados Unidos, de último Catalunya… Siempre hallaba un motivo para el debate.
 
Ideólogo
Su hija Cayetana anunció su muerte en Facebook a través del propio perfil de Manolín: “Buenas tardes a todos, soy Cayetana, hija de Manuel González. Quiero comunicarles que mi padre, Manuel, Manolo, Manolín, Mano... El Facha, ya descansa en paz. Agradezco a todos la amistad, el cariño y el interés mostrado hasta sus últimos días. Todos los que quieran despedirse, podrán hacerlo a lo largo del día de mañana (2 de abril de 2018) en Mémora. Gracias de corazón”. Manuel había regresado a Lanzarote tras una larga estancia en Polonia. La política en la isla es ya muy distinta a los tiempos en los que se mostró más activo. Años en los que supo leer perfectamente qué pedía la sociedad lanzaroteña. El espectacular desarrollo económico de los ochenta trajo consigo a miles de personas llegados desde la España peninsular. El miedo al voto godo propició una suerte de populismo plagado de obras, llaveros  y garbanzadas. Nació el PIL con Manolín captando el desencanto popular, Dimas traduciéndolo en ilusión y Matías al mando de un ejército de obreros perfectamente sincronizados construyendo el futuro de cartón piedra. Todo eso acabó como acabó, ya saben. No sólo el patrimonio político construido, sino también desde el punto de vista de las relaciones personales.
 
Parón en la base
A todas estas, finalizó la Semana Santa y debemos ponernos ya a lo que viene. Y lo que viene parece ser más de lo mismo que lo que hubo. Al menos en Arrecife. Para este próximo fin de semana se anuncia el parón en las competiciones deportivas. Desde el viernes y hasta el domingo ni un equipo de la base de ningún deporte de los que se practican en Arrecife saltará al campo, terrero, cancha, tatami o cualquier espacio y superficie donde compita una escuela deportiva o las categorías inferiores de los clubes. Las razones las encontrarán en el incumplimiento de los compromisos económicos del Ayuntamiento de Arrecife. Hace un mes de la fecha en la que les dijeron que iban a cobrar. Entonces se concentraron frente al Consistorio en un número superior a las quinientas personas después de paralizar los entrenamientos. La parte política se excusó con lo de siempre: la interventora. Y añadió que por culpa de algunos que no han justificado la última subvención se quedan todos sin cobrar... de momento. Sólo que los “momentos” del Ayuntamiento de Arrecife parecen ser eternos. Y sí, da un poco de vergüenza que se pare el deporte más sano, el de la base, por culpa de los políticos.

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