Opinión

El PP está perdiendo la partida

El PP está perdiendo la partida

El último Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa) sitúa al PSOE como el partido más votado -con un 34,1%- a un año de la celebración de las elecciones autonómicas. La mayor sorpresa de este sondeo es que por primera vez la segunda fuerza no será el PP -que lo ha sido en los últimos 36 años- sino Ciudadanos, que obtendría un 19,8% de los votos, seguido por los populares con un 18,3%.
 
Los socialistas mantienen el liderazgo en Andalucía después de 36 años ininterrumpidos de gobierno. La formación naranja,impulsada por su victoria en las elecciones catalanas, sube más de 10 puntos respecto a los últimos comicios autonómicos y desbanca al PP como líder de la oposición -los populares se desploman ocho puntos ,de 26,8% a 18,3%, una caída que duplica a la que se vaticina para Podemos, que pasa del 14,5% al 10,5%)-. Con estas expectativas, el calendario electoral sitúa las próximas elecciones andaluzas dentro un año, en marzo de 2019, pero todos los partidos menos el PSOE están convencidos de que habrá un adelanto electoral -Susana Díaz lo niega, al menos de momento-.
 
Cabe recordar que el pasado 21 de diciembre se celebraron elecciones en Cataluña. La conclusión más contundente del resultado electoral catalán, si lo proyectamos a todo el Estado, es el espectacular éxito de Ciudadanos y el estrepitoso fracaso del PP. Los de Rivera obtuvieron el 25,35 % de los votos y 36 puestos en el Parlament. Por su parte, los populares cosecharon su peor resultado con apenas un 4,24 % de los votos y unos simbólicos cuatro escaños en una Cámara donde se sientan 135 diputados.
 
A nadie se le esconde que el resultado catalán puede marcar una clara tendencia de cambio dentro de las opciones políticas que más se identifican con la derecha ideológica, más aún si tenemos en cuenta el peso que tiene Cataluña en la aportación de diputados en unas elecciones generales. En representación de los cerca de siete millones y medio de habitantes que están censados en Cataluña, 47 de los 350 diputados que se sientan en el Congreso son catalanes. Cataluña es el segundo territorio del Estado que más diputados aporta a la gobernabilidad de España.
 
Por otra parte, Andalucía con casi ocho millones y medio de habitantes es la comunidad autónoma más poblada de España. De los 350 diputados que tienen escaño en la Carrera de San Jerónimo, 61 representan al pueblo andaluz. Por lo tanto, 108 puestos en el Congreso de los Diputados están ocupados por representantes de Andalucía y Cataluña.
 
La proyección a todo el Estado de las expectativas electorales del PP en Cataluña y Andalucía de cara a las próximas elecciones generales debe estar generando una profunda reflexión dentro de los órganos del partido. El desafío rupturista planteado por los independentista catalanes -y por los que no siendo independentistas se sumaron por cuestión de oportunidad- exigía que Rajoy y su Gobierno tuvieran una posición política clara y contundente: o la aplicación contundente de la legalidad vigente desde el primer momento, o un proceso de dialogo que permitiera encauzar la situación. El Gobierno de Rajoy no escogió ninguno de esos caminos y optó por la ambigüedad, por dejar que el tiempo lo solucionaría todo. En esta ocasión, mientras Rajoy y los suyos esperaban que el tiempo fuera la mejor medicina para ir encauzando el conflicto apareció Ciudadanos defendiendo la Constitución, levantando la bandera y y prometiendo unidad y uniformidad para toda España. Ciudadanos le quitó la posición al PP como el partido que mejor defiende la unidad, el orden, el patriotismo y la igualdad en todo el Estado.
 
El envalentonamiento creciente que fue acumulando el independentismo rupturista consiguió que una buena parte de los españoles fueran posicionándose en el polo opuesto, y el proyecto que les ofrece los de Rivera es más claro y fiable que el que les ofrece Rajoy y los suyos. Es sabido que la situación económica tiene un efecto decisivo a la hora de que los ciudadanos emitan su veredicto en las urnas para decidir quién quiere que les gobierne. También es conocido que el PP lo está apostando electoralmente todo a los datos que avalan que estamos en el camino de recuperar parte del bienestar perdido. Sin embargo, la mala noticia para los populares es que en esta ocasión todo apunta a que los sentimientos van a pesar más que la economía. El PP está perdiendo la partida y puede que también buena parte de su músculo electoral.

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