Opinión

El peaje

El pasado jueves el Gobierno de España dio luz verde a los Presupuestos  Generales del Estado para el próximo año. Aún es pronto para conocer con detalle si el proyecto que ha recibido el visto bueno del Consejo de Ministros, y que se empezará a tramitar en el Congreso de los Diputados la próxima semana, cumple con Canarias.

El marco político actual favorece el entendimiento del Gobierno de Pedro Sánchez con el Ejecutivo que preside Ángel Victor Torres en nuestro Archipiélago; en este contexto, con los socialistas al frente de ambos gabinetes, solo falta voluntad política para que las cuentas públicas que comienzan a debatirse sean justas con las Islas y cumplan, además, con los acuerdos alcanzados en Madrid entre el PSOE y Nueva Canarias.

Debe ayudar, sin duda, que los líderes de dichos gobiernos sean los respectivos secretarios generales del PSOE en España y en Canarias, así como que sea muy similar la fórmula de gobierno utilizada tanto en el ámbito estatal como en el canario.

En esta dirección, la designación de Héctor Gómez como portavoz del grupo parlamentario socialista en el Congreso de los Diputados debe de ser el eslabón que concilie los compromisos del proyecto de Estado que tienen los socialistas con los intereses específicos y singulares de las islas.

A buen seguro, el isorano entenderá mejor que nadie lo que significa vivir en un archipiélago cuya problemática poco tiene que ver con la peninsular y las necesidades diferenciadas que de ello se derivan.

El precio de los billetes de avión, el transporte de mercancías, la subvención al agua desalada, las ayudas a nuestra agricultura, el coste de la doble insularidad, la política migratoria, el valor estratégico de nuestro puertos y aeropuertos, la financiación de las carreteras, el transporte guiado para aliviar el colapso de nuestras principales vías de comunicación, el encarecimiento que tienen que soportar las familias para que sus hijos se formen fuera, las dificultades de los creadores canarios para exportar su obra, la necesidad de impulsar el plan de infraestructuras turísticas o el impulso a medidas que permitan ganar competitividad en nuestros aeropuertos son solo algunas de las cuestiones sobre las que Héctor Gómez tendrá que hacer pedagogía con sus compañeros en el Congreso y con los respectivos ministerios.

El acuerdo alcanzado el martes entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz abrió las puertas de par en par a que España pueda tener sus Presupuesto Generales para el año 2022. Consciente del desgaste que le podía producir a la coalición de gobierno un debate público sobre desavenencias internas, Pedro Sánchez cerró el forcejeo con concesiones importantes a Unidas Podemos.

La formación morada venderá muy bien entre  su militancia el acuerdo alcanzado para regular los alquileres, la imposición de un impuesto a la vivienda vacía y la exigencia de un límite a los precios para los grandes propietarios. Además, los podemistas se apuntan el incremento en el impuesto del sociedades y la ayuda a los jóvenes que alquilen. 

Con el acuerdo, Sánchez da un paso de gigante para asegurarse un final de legislatura muy cómodo. Es verdad que ahora la coalición de gobierno estatal tendrá que negociar con sus socios de investidura su apoyo a la cuentas aprobadas en el Consejo de Ministros. Habrá muchos tiras y aflojas pero al final tendremos Presupuestos del Estado para el próximo año. Ni a Sánchez ni a Unidas Podemos les interesa un adelanto electoral; tampoco a sus socios catalanes y vascos. Los vascos y catalanes están rentabilizando extraordinariamente el valor de sus apoyos a la estabilidad al Gobierno de Sánchez. Todos salen ganando, por eso es fácil deducir que habrá acuerdo presupuestario.

El Gobierno de Canarias y Nueva Canarias deben estar muy atentos para que el peaje que tiene que pagar Sánchez a catalanes y vascos por su apoyo no perjudique las justas demandas canarias.

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