El paripé de los Presupuestos

El paripé de los Presupuestos

Debe ser que algo se les pega por difuntos, el dolor fingido, que, casi de inmediato, prosiguen con el duelo debido al proyecto de Presupuestos de la Comunidad Autónoma en Lanzarote. Una ceremonia anual esta que suele concluir con el solsticio de invierno, y que consiste en darse sonoros golpes en el pecho, poner a caer de un burro al gobierno canario y aparentar sufrimiento extremo por la manera como se reparten los dineros públicos en Canarias, como si de caramelos en la cabalgata de Reyes si tratara.
 
Unos se transforman en plañideras y a otros les crecen los colmillos, éstos por abjurar de los finados y dejarse embaucar por Halloween. Los demás, atónitos, observan -desde el patio de butacas, la oposición y la puerta de la calle- la escenificación del agravio insular en dos actos. Noviembre, primer acto, simulación de la muy presupuestaria injuria a la patria isleña. Diciembre, segundo y último acto, farsa precocinada sobre la reparación del ultraje mediante enmiendas al proyecto de Presupuestos. 
 
“Año 1994. Dimas deja de serles útil. Lanzarote cae por debajo de la media regional, y pasa a ser la última isla en inversión y transferencias de capital, y ahí seguirá, castigada”
 
Año 1988. Inversión y transferencias de capital por habitante y año, en Canarias, desglosado por islas. Lanzarote, 42.000 pesetas; media regional, 27.000 pesetas. Era lo normal, aunque eso era lo presupuestado, pues vete a saber cómo quedaron los hábiles, subvencionados e influyentes palmeros al final del año.
 
Años 1990-91. Con el PIL en pleno apogeo, Lanzarote conoce la mayor inversión y transferencias de capital de la época, por habitante y año, con 64.000 y 66.000 pesetas.
 
Año 1994. Dimas deja de serles útil. Lanzarote, con sólo 24.000 pesetas por habitante y año, cae por debajo de la media regional -que estaba en 44.000 pesetas- y pasa a ser la última isla en inversión y transferencias de capital. Y ahí seguirá en adelante, castigada al fuego eterno.
 
Ya en la era del euro, lo habitual es que Lanzarote sea la isla con menor inversión y transferencias de capital, por habitante y año, de las cinco islas menos habitadas de Canarias.
 
Rumbo al solsticio de invierno, los llantos y desconsuelos, los amagos de pleitos y la férrea defensa del lanzaroteñismo, seguidos de ruidosos riqui-raca, actúan a modo de tramoya que ocultan, ¡abajo el telón!, el grado de ejecución del presupuesto del año en curso en la isla, así como el de las ocho corporaciones insulares. Levántate, isla, y anda, que llega un nuevo agravio comparativo. Como ya es tradición, será convenientemente reparado, así que detente, isla, y siéntate. Deja de dar el coñazo, que ya estamos nosotros, los afligidos, para definir y defender tus intereses.
 
Tanausú Lemes

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