El hombre que le construía juguetes al viento

El hombre que le construía juguetes al viento

Lanzarote lleva 28 años huérfana, lleva 28 años sin el hombre que más la amó, y no es que ella sea dependiente, es más que autosuficiente, pero ese hombre le sacaba lo mejor. Lanzarote lleva 28 años sin esa visión de apostar por un turismo de calidad, no de un "todo incluido", lleva 28 años apostando por un turismo que viene, consume en el hotel que no factura en Canarias, destroza las playas, mira el paisaje superficialmente y, con la misma, se va. 
 
Dicen que César Manrique entraba por los ayuntamientos de la isla y por el Cabildo de Lanzarote dando gritos. Gritos de rabia porque le dolía que se tomaran decisiones que pudieran deteriorar lo suyo, lo nuestro; la tierra. César no entendía que dinero fácil y turismo fueran de la mano. A César le dolía que los políticos de turno no estuvieran a la altura para defender lo que es de todos. 
Estoy segura que hoy muchos sienten un jardín de cactus clavado en el pecho
 
Porque, ¿a quién se le puede ocurrir vender la tierra por pan para hoy? Falta de sentido común. Pero, ¿qué es la política sin el sentido común? Lo mismo que es Lanzarote sin César. Tenemos que tener líderes con sentido común y con ÉTICA. Si no, estaremos perdid@s, como ya lo estamos. Lanzarote no es la misma sin César, pero siempre será lo que queda de él, en cada lugar y en cada rincón. 
 
Te echamos de menos, César.  Y estoy segura que hoy muchos sienten un jardín de cactus clavado en el pecho, o se sienten como un cangrejo, ciego y sin esperanza, perdidos en una cueva verde, sin luz. Aunque esperemos que al final siempre lleguemos a un río que nos lleve hacia un mirador de esperanza, porque se sabe que si juegas con el viento, siempre hay VIDA. 

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