Islote del Francés

El día que Cortezo nos llevó a Miami

La nutrida expedición estaba formada por medio centenar de personas que iban a caer en la cuenta, por fin, de que el Islote quedaría cojonudo si se hacía a lo grande.

El día que Cortezo nos llevó a Miami

El 12 enero de 2000, el entonces concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Arrecife, nacionalista de Coalición, expresó públicamente su indignación ante un comunicado del colectivo Ciudadanos por Arrecife aparecido en los medios de comunicación. Ciudadanos por Arrecife declinaba una invitación para viajar a Miami. El viaje tenía por finalidad que una representación de ‘las fuerzas vivas’ de la ciudad visitara un centro comercial abierto situado en Boca Ratón (Palm Beach, Florida), ya que los propietarios del Islote del Francés consideraban que sería positivo trasladar aquella fórmula urbanística a la emblemática y polémica parcela del litoral capitalino. Al concejal le indignó que el colectivo hiciera pública la contestación a una invitación “que era privada”, pero en ningún instante cuestionó la invitación misma.

Así nos las gastábamos en la ciudad hace casi dos décadas, así que no hay por qué escandalizarse si un promotor pretende sacar la mayor tajada posible de su parcela utilizando, para ello, todo tipo de artimañas. Jaime Cortezo Massieu, un señorito que en aquel momento consideraba a los arrecifeños una turba de aldeanos poco refinada y menos viajada, propuso meter en un avión a lo más granado del Arrecife de entonces para ver si, viajando y viendo cómo se lo montaban en Miami, se les hacía la luz para dedicarse a aplaudir hasta con las orejas la construcción de un centro comercial abierto en el Islote del Francés.
 
La nutrida expedición conejera estaba formada por medio centenar de personas
 
Pocos días después de que el concejal de Urbanismo de la época se encolerizara porque una asociación declinara y criticara públicamente la invitación, más propia de una estrafalaria monarquía bananera, rumbo Miami arrancó la excursión con todos los gastos pagos. Vía Madrid y sin escatimar en gastos, la nutrida expedición conejera estaba formada por medio centenar de personas que iban a caer en la cuenta, por fin, de que el Islote del Francés quedaría cojonudo si se hacía a lo grande, como en los Estados Unidos de América.
 
Los excursionistas eran la alcaldesa de la ciudad, concejales del grupo de gobierno y de la oposición en el Ayuntamiento, representantes empresariales, empresarios de la Zona Centro de Arrecife, algún consejero del Cabildo, periodistas, funcionarios y técnicos municipales, representantes de colegios profesionales, presidentes de sociedades recreativas, y los típicos colgados en estos menesteres.
 
Viajaron a costa de Cortezo, se lo pasaron en grande y si te vi no me acuerdo
 
Al llegar a Miami, Jaime Cortezo Massieu presentó a la delegación lanzaroteña el Mizner Park, un centro comercial abierto ubicado en la localidad de Boca Ratón, y cuyo planteamiento se pretendía extrapolar, con algunas modificaciones, al Islote del Francés. La inversión rondaría los 13.000 millones de pesetas. Los inversores ya se buscarían.
 
Para disputar cualquier duda, el concejal de Urbanismo declaró que, en el caso de que el entonces presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Hernández, fuera  copropietario del Islote del Francés, no obtendría trato de favor con el Ayuntamiento por ser nacionalista. Luis Hernández es amigo de Cortezo y ambos son, o fueron, socios en la polémica urbanización de Hoya Pozuelo. En aquella época se dijo que Luis Hernández, que había sido diputado de Coalición por Gran Canaria y consejero de Economía y Hacienda del Ejecutivo regional, tenía una participación en el Islote del Francés.
 
Pobre Cortezo: viajaron a costa suya, se lo pasaron en grande y si te vi no me acuerdo.

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