Top Secret, 24 de abril de 2018

El Caso Unión

El Caso Unión
Llega hasta nuestro digital la amarga queja de una persona investigada en el caso Unión. Un hombre que está con medidas cautelares desde abril de 2010. Para tenerlo controlado, el juez de entonces, y los que han venido después, le pidieron una cosa. Y esa cosa le tiene agotado. Durante los meses en los que estuvo abierta la investigación del caso Unión y “anexos”, la justicia metió en la cárcel, con carácter preventivo, a unos cuantos, dictó medidas cautelares para otros y dejó sin cargos a otros cuantos más. Nada extraordinario. En todos los casos sucede lo mismo. Incluso gente que parecía muy culpable es exonerada de cualquier responsabilidad. Tampoco es raro que los casos se prolonguen durante años y, claro, aquellos que tienen medidas cautelares las tienen que ir cumpliendo durante todo el tiempo que indique la justicia. En el conmovedor mensaje que nos llega, uno de los investigados señala que “Desde el día 23 de abril del 2010 hasta el 23 de abril del 2018 llevo ocho años de calvario y de muy mal estar y con problemas de salud, por causa del caso Unión Jable, en el que llevo ocho años imputado y firmando todos los días uno de cada mes y sin perder ni un día, cumpliendo con mi deber y colaborando con la justicia, con todo respeto.  Si me gustaría que termine ya, debido a que me estoy haciendo mayor y todos tenemos derecho a ser feliz.”
 
Una vez al mes
El hombre está agotado de ir una vez al mes al Juzgado correspondiente a “fichar”. Visto así puede resultar cansino, naturalmente. Pero si lo comparamos con otras cosas que hacemos, o deberíamos hacer, de forma regular, tampoco es tanto. Ir al peluquero, por ejemplo. Normalmente se suele hacer una vez al mes. Y durante bastante más que a lo largo de ocho años. Salvo que se te caiga el pelo, y no en sentido figurado, antes de lo esperado. Muchas familias van al super una vez al mes a hacer la compra gorda. Y hasta les gusta. Grupos de gentes salen a cenar o tomar copas también una vez al mes, mas o menos. Y no les resulta pesado. Es decir, que hay cosas que llevamos haciendo mucho tiempo sin darnos cuenta y no reparamos excesivamente en ellas. Sin ir más lejos, muchas de las personas que resultaron investigadas a raíz de las escuchas del caso Unión lo fueron por hacer también una cosa, la misma, al mes: presentar facturas en instituciones públicas. Durante años. Y puede que más de una vez al mes. Nunca se quejaron por ello. Nadie mandó ningún correo electrónico a la prensa diciendo: “Desde el día 23 de abril de 1990 hasta el 23 de abril de 2005 llevo quince años de jolgorio y de muy bien estar y si tengo problemas de salud ni se notan, gracias a presentar facturas todos los meses al ayuntamiento de tal y al de cual. No me gustaría que terminara nunca porque me estoy haciendo mayor mientras soy feliz”.
 
Justicia lenta
¿Que la Justicia es lenta? Pues sí. Los propios actores del sector se han quejado en innumerables ocasiones de ello. Necesitan más medios y que se apliquen medidas para agilizarla. ¿A quiénes corresponde ejecutarlas? A los políticos, claro. A la Administración. ¿Por qué no lo hacen? Buena pregunta. Carreteras, rotondas y voladores nunca faltan. Ahora, medios para justicia ya es otro cantar. Es como si los políticos fueran remisos a la hora de dotar con más medios a quienes, entre otras cosas, tienen que investigan a muchos de su clase (clase política) jartos de comisiones y de hacer favores a amigos y conocidos. Tiene su perversa lógica. Es como darle un martillo a un niño y poner luego la cabeza cerca. Hay muchas posibilidades que se junten, a cierta velocidad, martillo y cabeza. En fin, que hoy este Top Secret quiere rendir homenaje a esas pobres y esforzadas gentes que tienen que cumplir medidas cautelares muy molestas porque la Guardia Civil, un día, los consideró sospechosos de cometer delitos y la justicia, otro día distinto, le dio la razón a la Guardia Civil. Y mientras se dilucida si sí o si no, tienen que ir al Juzgado a fichar. ¡Con lo difícil que es aparcar en Arrecife!

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