El nuevo Mirador de Haría es una realidad desde el pasado mes de septiembre. Un espacio que permite disfrutar de una imagen idílica del Valle de las Mil Palmeras a través de sus grandes pasarelas de cristal. Sin embargo, y a pesar de tratarse de un lugar de gran afluencia por su especial atractivo turístico, la entrada es gratuita.
Ante este éxito, el Ayuntamiento, además, decidió poner un micro, de viernes a domingo, de 11:00 a 15:00 horas, para facilitar el acceso por la escasez de aparcamiento en la zona. Sobre esto, la concejal del Ayuntamiento, Evelia García, ha confirmado a Biosfera Media que ella misma ha comentado la posibilidad de cobrar un euro para poner un micro diario, y que "ya hay borradores de ordenanzas preparadas, a falta de poder ser debatidas". Una opción que se está estudiando en la corporación, pero que por distintas circunstancias no se ha podido cerrar ninguna decisión oficial al respecto.
Lo cierto es que el lugar cuenta con muy poco espacio donde poder aparcar, por lo que mucha gente situaba los vehículos entre la carretera y la montaña, en espacios que no están habilitados para tal fin. Sin embargo, hace unas dos semanas, se coloraron unos pivotes para evitar que se estacionara en esas zonas.
Según traslada la alcaldesa de Haría, Chachiraxi Niz, unas 5.000 personas visitaron el Mirador el primer mes. Sin embargo, cuenta que "la escasez de aparcamientos en esta carretera LZ-10, y la instalación de estos pivotes, conlleva a que el número de visitantes descienda, razón por la que el ayuntamiento decide habilitar un micro para que de viernes a domingo exista una alternativa a esa falta de aparcamientos".
Además, Niz añade que el Ayuntamiento "nunca tuvo constancia de la colocación de esos pivotes", motivo por el que alega que "el número de visitantes decae de unos 400 diarios a unos 175".
En el momento de la inauguración, la alcaldesa Chachiraxi Niz, dijo que la obra representaba “un nuevo comienzo para un espacio de gran relevancia para Haría y para Lanzarote”. Recordamos, este Mirador es un proyecto firmado por el arquitecto Miguel Ángel Fontes, decano del Colegio de Arquitectos de la isla, quien destaca las pasarelas que se asoman a los barrancos, partiendo desde el edificio y que, en palabras del autor, "es una intervención de vanguardia donde se establece un diálogo constante entre la arquitectura contemporánea y los elementos de la arquitectura tradicional y el paisaje”.
