Top Secret, 30 de octubre de 2020

Ecologistas

Ecologistas

Treinta y tres años después de la Declaración para la Supervivencia, carta de presentación de la Asociación Cultural y Ecologista de Lanzarote El Guincho, nace la Asociación Cultural y Ecologista El Correíllo. Son otros tiempos, pero hay batalla por librar. En realidad, El Guincho se presentó al público el 30 de junio de 1987 en un acto celebrado en la Sociedad Democracia, con un salón principal lleno hasta la bandera, gente de pie y César Manrique —luego Presidente de Honor de la Asociación— sentado en primera fila. Sus fundadores habían aguardado, desde el abril anterior, a que se dirimieran las elecciones de mayo de aquel año en las que, al Cabildo, venció el CDS de Nicolás de Páiz con el apoyo de un Dimas Martín que ya pujaba fuerte desde Teguise. El nacimiento de El Guincho fue el producto de meses de intensas reuniones que se dieron en llamar Nuestro futuro a debate y que, básicamente, trataba de establecer los principios de una organización dispuesta a plantar cara al peligrosísimo binomio turismo-construcción que, de forma voraz, empezaba a consumir territorio. El Guincho fue referente del ecologismo en Canarias, como lo fue Lanzarote en otras tantas cosas relacionadas con la contención del crecimiento y la sostenibilidad.

Historias

Sería injusto no citar al Círculo Ecologista de Lanzarote —y a los movimientos Salvar Papagayo y Salvar el Malpaís de la Corona— como embrión del que luego nacería El Guincho. Y no recordar, asimismo, a Ginés Díaz como el presidente de la Asociación durante los años más activos del ecologismo en Lanzarote. Junto a él, un grupo de hombres y mujeres, de sólida formación universitaria que se batieron el cobre con los poderosos lobbys empresariales insulares. Alguno de ellos todavía en activo. Algún lobby nos referimos. De El Guincho, poco queda. Puede que las siglas y un apunte en un registro de por ahí. Los últimos, o los penúltimos, ya ni sabemos, que se cobijaron bajo sus alas dieron el salto a la política y nunca más se supo. Se conoce que cuesta regresar a pie de calle una vez que se da el salto del activismo social a la política. Hay pocos casos que hayan recorrido el camino a la inversa. De entre estos últimos, los cuatro primeros nombres que se conocen como fundadores de la Asociación Cultural y Ecologista El Correíllo.

Activismo

En efecto, Griselda Martínez, la primera presidenta de la asociación, Pablo Ramírez, Carlos Meca y Daniel Cabecera, regresan del primer plano de la política al lugar de donde partieron: movimientos activos —aunque parezca una obviedad hay movimientos que no se mueven— de la llamada sociedad civil. Los tres primeros fueron consejeros de Podemos —o como se llame— en el Cabildo de Lanzarote y el cuarto, concejal en el Ayuntamiento de Arrecife. Todos acabaron quemados de su paso por la vida pública. Unos por unas razones y otros por otras muy parecidas. Ahora se proponen reactivar el ecologismo en la isla e incluyen en su libreta de apuntes, como temas a tratar, la ausencia de un planeamiento insular, de un modelo económico alternativo y el agua, tanto en su vertiente de negocio por aclarar en lo referente al ciclo integral, como opción a explorar en el caso del acuífero de Timanfaya. Eso a nivel local, sin olvidar los grandes retos pendientes a nivel global como el cambio climático o el agotamiento del actual modelo económico. El Correíllo ya llegó. Seguiremos informando.

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