Top Secret, 8 de marzo de 2018

Días muy largos

Días muy largos
El senador por Lanzarote, Joel Delgado está viviendo los que, probablemente, sean los días mas largos de su vida política. Debieran ser también los más amargos pero, inmerso como está en la vorágine de la permanente huida hacia adelante, eso ya se pone en duda. Naturalmente no disfruta con esta situación. Disfrutó al principio, cuando el arrojo propio de quien se cree algo más de lo que es, como si la política nos hiciera distintos unos de otros, sacó pecho, encendió el ventilador y tiró hacia adelante. Sólo le falló una cosa: ese día había viento en contra y en jornadas así no es recomendable esparcir porquería. Joel Delgado ha terminado reprobado por la institución en la que debutó en política, el Ayuntamiento de Arrecife. En el Pleno de este miércoles, y en ausencia de sus propios compañeros de partido (unos voluntariamente, otros de manera forzosa) doce concejales han votado sí a la reprobación planteada por Podemos: los dos de Podemos, los dos de Somos, los dos de Ciudadanos y los seis del Partido Socialista. Los seis restantes han optado por la abstención: dos del PIL, tres de Coalición Canaria y uno de Vecinos Unidos. Este hecho se ha producido casi a la par del comunicado remitido por el propio Delgado, anunciando que ha devuelto los trece mil euros y pico y pidiendo perdón al pueblo, eso sí, modalidad “si te has sentido ofendido”. Que viene a ser lo siguiente: “lo que he hecho no merece que pida perdón, pero si te ha molestado lo pido y punto”.
 
Fuerte presión
La decisión tomada por Joel Delgado, semana y pico después de que estallara el escándalo, no ha sido fruto de un convencimiento personal. De ser así, devuelves la lata de galletas en el instante mismo en el que te pillan con ella. De entrada, trató de liarse a mamporros dialécticos con todo aquel que osara echarle algo en cara. Luego, asunto no menor cuando eres cargo público, empezó a bloquear a todo el que se lo afeara en las redes sociales (para luego alardear con algún conocido que sólo tenía apoyos en los hilos de Facebook), y así hubiera seguido de no ser que se pusiera sobre el tapete su discutible trayectoria política resumida en el affaire del enchufe frustrado a una familiar y el indebido uso privado del teléfono pagado por el Ayuntamiento. Sobre todo lo primero. Sin embargo la culpa no es de la prensa, esos “medios afines” a los de Podemos, como él los llama. Si no hay fuego, no hay humo. Y es normal que le duela que se estén sacando determinados asuntos, pero más habría de dolerle el hecho de que si se sacan es sólo y exclusivamente por su culpa. Nada se diría de aquel episodio si no hubiese existido. Nadie de la prensa llamó a Ubaldo Becerra para pedirle ningún favor.
 
Lecciones de vida
La crítica, siempre necesaria por muy dura que sea, te enseña dos cosas: a ser más tolerante y a rectificar si te has equivocado. Joel Delgado es una persona joven que, aunque en la actualidad muy debilitado dentro del PP, tiene cierto recorrido en la carrera de fondo que es la política. Y la humildad es buena compañera y consejera en ese camino. Pero ser humilde es una actitud y no un lugar de nacimiento. Reconocer el error, admitir las críticas, pedir perdón y enderezar el rumbo. No queda otra cuando has metido la pata. ¿Que los adversarios políticos van directos a la yugular? ¿Y qué esperaba, que lo justificaran? Encendió el ventilador y el viento del sur ha llevado toda esta mugre hasta Madrid, donde las redacciones de los periódicos la han colocado en el archivo de los numerosos casos del PP. Es obvio pensar que en Génova no ha gustado un pelo. Y de la capital de España ha viajado hasta Barcelona, donde Buenafuente ha hecho mofa. Y las redes sociales han multiplicado por mucho todo esto y por eso se entiende que hoy, tantos días después, haya devuelto la pasta y pedido perdón. A su manera.

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