Top Secret, 2 de febrero de 2018

Del siglo pasado

Del siglo pasado
¿Qué instituciones siguen aferradas a políticas del siglo pasado, las de cheque en mano, garbanzadas y saludos a la abuela? O quizá deberíamos preguntarnos cuáles no. Puede que así terminaríamos antes. Pese a que la política se ha poblado de nuevos partidos y de gente que ha tomado el relevo de los viejos dinosaurios (aunque más de uno sigue quedando por ahí) las prácticas viejunas, como se dice ahora, siguen presentes. Muy presentes. Y ejemplos hay varios.  Una persona joven nos preguntaba este jueves acerca del sentido que tiene la visita de políticos a los locales donde ensayan las murgas, comparsas y otros grupos carnavaleros. Es algo habitual, en efecto, que desde el primer edil municipal hasta el último de los concejales de la oposición se dé un garbeo murguero llevando de la mano al fotógrafo oficial. No tiene mucho sentido más allá de un gesto de cortesía que, sin embargo, no se repite con las corales, los ranchos de pascua o las bandas municipales, por poner algunos ejemplos. Esta práctica populista se viene dando desde hace ya muchos años. Tantos que algunos la llaman 'tradición', que junto con 'cultura' puede que sea de las expresiones más utilizadas para todo. Fundamentalmente para lo que queremos revestir (valga la expresión carnavalera).
 
Pasta y alcohol
En el pasado reciente las visitas que los grupos de gobierno realizaban a las murgas iban acompañadas de sobres en efectivo y cajas de alcoholes varios, desde la suave cerveza al contundente ron. Eran 'detalles' que tenían los partidos políticos (y alguna institución) para hacer menos duro el trabajo de ensayar la leña que posteriormente iban a repartir sobre el escenario. Tiempos en los que los términos malversación, cohecho, prevaricación...tan habituales en nuestros días, no parecían figurar en los diccionarios de fiscalía. Con todo, estos gestos populacheros no parecen ir más allá de ganas de salir en la foto y ganarse los favores de un colectivo que va a divertirse, a pasarlo bien y a tratar de entretener al personal.  Peor son otras prácticas, también heredadas del pasado, y que siguen manteniendo algunos grupos de gobierno sin que se distinga el color político. Recientemente lo han hecho en Teguise (CC) y en Arrecife (PSOE-PIL). Es esa fea costumbre de hacer posar a demandantes de empleo como si fueran fichajes galácticos para afrontar la Champions League
 
Empleo y foto
Las instituciones de la isla suelen ofertar empleos temporales cada cierto tiempo. Generalmente son para seis meses, dirigidos a sectores de la población menos preparados académicamente, parados de larga duración y para puestos de trabajo que no pasan de la limpieza viaria, arreglo de zonas comunes y cosas por el estilo. No es la solución pero alivia situaciones familiares que, en no pocos casos, rozan la desesperación. Desde este punto de vista puede que a estos ciudadanos  les apetezca hacerse un selfie con el político de turno, en su infinito agradecimiento por haber parcheado su desesperanza. Pero puede que no. Y hacerlos posar para la posteridad, vestidos de fosforito, junto al político lustroso y sonriente, es una imagen que no parece  de estos tiempos. Y por hacer un poco de autocrítica, que los medios de comunicación publiquemos estas imágenes (aquellos que lo hagan) tampoco ayuda a desterrar la vieja política de estos barrios. La una y la otra práctica son bien distintas, es cierto: no es lo mismo echarse unos rones para terminar el día que dar un mendrugo de pan a repartir entre los que vivan en la casa.

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