Top Secret, 30 de julio de 2019

Cosas de la prensa

Las pasadas elecciones, y sus posteriores negociaciones y pactos, cambiaron no pocos gobiernos en la isla. Convendría que se tomaran en serio las relaciones con los medios de comunicación. Siga leyendo...

Cosas de la prensa

Las pasadas elecciones, y sus posteriores negociaciones y pactos, cambiaron no pocos gobiernos en la isla. Convendría que se tomaran en serio las relaciones con los medios de comunicación. Para transmitir lo que el concejal de turno, el alcalde o alcaldesa, el presidente o presidenta quieren comunicar, no hace falta un responsable de prensa. Basta con un auxiliar administrativo con muy buenas pulsaciones por minuto en mecanografía y un básico conocimiento de la gramática y la ortografía. De este modo se obtiene una nota de prensa que refleja fielmente lo que el político quiere dar a conocer, en un tiempo mínimo y sin faltas. Un gabinete de prensa ha de ser otra cosa. Y, fundamentalmente, ha de ser. Queremos decir con ello que no basta con meter al enchufado o enchufada de turno, alguien cercano al partido y a correr. Un profesional, del campo que sea, merece un respeto. Y su trabajo, más. Y cuanto más profesional sea quien esté al frente de este tipo de gabinetes, mejor nos entenderemos por cuanto será más capaz de hacerse entender y de actuar conforme querría que se hiciera de estar ejerciendo en medios.

Valorar el trabajo

No estamos hablando, aunque podríamos, de esos insultantes anuncios que, de vez en vez, largan los ayuntamientos ofertando plazas a periodistas pagando 700 euros. El último ha sido el de Pájara, sin ir más lejos. Hablamos de que la institución, empresa pública u organismo sea eficaz comunicando lo que se deba comunicar. Que es casi todo. Y que, además, facilite el rápido acceso al protagonista de lo que se comunica. No es demasiado complicado. Sin embargo no siempre se da. Desde ayuntamientos que en una muy mal entendida política de austeridad, eliminan (amortizan, se dice) la plaza del gabinete de comunicación, a concejales que son ellos mismos los que mandan notas de prensa –o algo parecido– pasando por algunas que ostentan doble condición de periodista y concejal y que, primero, mandan el comunicado a los medios para los que ha estado trabajando hasta diez minutos antes de ser cargo público. Ahí, además de la falta de profesionalidad, se nota una obscena ausencia de elegancia.

Transparencia

Es importante que los ayuntamientos tengan gabinete de comunicación, como lo tiene el Cabildo, como debieran tenerlo las policías de toda índole, incluidas las locales, como de hecho tienen la Guardia Civil y la Policía Nacional. Los servicios de emergencias también han de contar con alguien especializado en comunicar. Y los hospitales. Y si se gana la plaza en buena lid y sin sospechas, mejor que mejor. En la época de las fake news y donde cualquiera con un móvil y una red social a mano puede largar lo que le parezca, es del todo pertinente que existan los departamentos de prensa. Naturalmente que sepan de lo que trabajan y que no acaben de maquilladores de la alcaldesa (o del alcalde, que los hay que también se maquillan). Este oficio, aunque a veces no lo parezca, es cosa seria. Pero todavía es más serio el cliente al que va dirigido, que es a todos ustedes.

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