En 2007 se desembarcaron 230.000 toneladas y diez años después sólo 50.000

Consumo de cemento, la construcción no despega

Quizá convenga que nos desengañemos, ya que es muy probable que la construcción jamás vuelva a alcanzar los niveles anteriores a la crisis.

Consumo de cemento, la construcción no despega

A pesar de los excelentes registros turísticos, la construcción no acaba de despegar en la isla. El consumo actual de cemento en Lanzarote es de apenas la quinta parte del que se producía inmediatamente antes de la gran crisis. Esto quiere decir que el sector de la construcción no ha salido de su letargo y que quizá convenga que nos desengañemos: es muy probable que la construcción jamás vuelva a alcanzar los niveles anteriores a la crisis.

Durante el primer trimestre del año en curso se desembarcaron en el puerto de Arrecife 11.880 toneladas de cemento, sólo un 7,4 por más más que en igual período del año pasado. A la luz de este dato, el consumo de cemento permanece estancado, lo cual se ve corroborado por el paisaje constructivo insular, ya que apenas se divisan grúas en el horizonte porque casi no hay obra pública y privada.
 
Las obras en marcha, aunque escasas, son bastante visibles. Entre otras iniciativas, actualmente se construye un hotel de cinco estrellas en la playa de Matagorda, se está sometiendo a una profunda reforma el hotel Los Fariones, los hermanos Domínguez están próximos a construir un hotel en Playa Blanca, se encuentra bastante avanzado el emplazamiento de Lidl en el parque comercial de Playa Honda, en la parcela de Garavilla se construirá un nuevo centro comercial y el IES La Destila está a punto de concluir. Asimismo, se detectan muchas obras de reforma de menor calado.
 
Es probable que al finalizar el año en curso se rebasen las 50.000 toneladas
 
El consumo de cemento es un indicador muy fiable de actividad de la construcción. Se recurre a él con frecuencia porque su evolución refleja globalmente la dinámica cíclica del sector. Por eso mismo, y dada la importancia de la construcción, es asimismo un indicador fiable de la marcha de la economía de una región. De hecho, la patronal cementera recuerda con frecuencia que una comarca sin inversión en infraestructuras no puede mantener su competitividad, ni siquiera en el ámbito del turismo a pesar de las cifras de récord que se vienen registrando en Lanzarote y en Canarias en los últimos dos o tres años.
 
El cemento desembarcado en 2007 en el puerto de Arrecife, justo antes de la crisis, superó las 230.000 toneladas. Un año más tarde cayó a la mitad, al detectarse con claridad los primeros síntomas de brutal recesión económica en la que todavía estamos inmersos, aunque su intensidad es ahora mucho menor. En 2017 el cemento importado no alcanzó las 50.000 toneladas, cifra que es probable que se rebase al finalizar el año en curso.
 
Hay 54.000 empleos en la isla y, de ellos, sólo 3.200 en la construcción
 
En la actualidad hay 54.000 empleos en la isla y, de ellos, sólo 3.200 en la construcción. En 2008, sin embargo, unos mil empleos más en el sector. Aunque su peso sea ahora menor, la construcción ha desempeñado un papel estratégico en el desarrollo insular a partir de los años setenta del siglo XX. Esta dependencia en torno a un sector intensivo en trabajo poco cualificado, de elevada temporalidad y muy sensible a oscilaciones cíclicas y burbujas inmobiliarias ha derivado en importantes consecuencias socio económicas para la isla, ya que ha sufrido radicales transformaciones en muy poco tiempo.
 
Este sector es muy importante en el desarrollo porque aporta elementos básicos para la vida y el bienestar de una comunidad, al construir carreteras, puertos, plantas de energía o industrias, además de viviendas, escuelas, hospitales y lugares para el esparcimiento como parques, hoteles, cines o teatros. Por último, la construcción utiliza insumos provenientes de otras industrias como el acero, hierro, cemento, arena, cal, madera o aluminio, lo que la convierte en uno de los principales motores de la economía.

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