Condimento socialista

¿Cola de león o cabeza de ratón? ¿Un partido subsidiario o intentar cambiar España? Pedro Sánchez optó por la osadía, cualidad que ya se le conocía. De momento, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), roza el 30 por ciento en intención de voto, algo impensable en primavera, y saca al PSOE del ostracismo y la irrelevancia. La moción de censura cogió a los populares y los ciudadanos con el paso cambiado.
 
Hay quien dice que estas tendencias están sobrevaloradas y que, en realidad, todo obedece a la cocina del CIS, ahora en manos socialistas. Sin embargo, todos los sondeos dan resultados parecidos. Ahora bien, con o sin cocina, a medida que transcurren las semanas, mayor es la probabilidad de que Pedro Sánchez adelante las elecciones. Y ahora sí que no va a coger a nadie despistado.
 
La osadía de Sánchez jubiló a Rajoy y escoró al PP hacia la derecha
Sánchez tiene de plazo hasta la próxima primavera. No más. ¿Unas generales junto a unas autonómicas y locales para optimizar el efecto Sánchez? Puede, pero su gente de confianza las quiere ya, en otoño, antes de que se desvanezca el idilio con el electorado. ¿La razón del adelanto? La desaceleración económica; palabras mayores.
 
La osadía de Sánchez jubiló a Rajoy y escoró al PP hacia la derecha y sumió en una depresión a Rivera. También le ha permitido recuperar voto social demócrata a Podemos, ha sentado a los independistas catalanes en una mesa para decirles que no es no y ha mandado a los nacionalistas conservadores al limbo. Todo en la misma jugada. 
 
En el barómetro de hace apenas tres meses, los socialistas eran cuarta fuerza entre los ciudadanos con estudios superiores y en las ciudades de más de un millón de habitantes. Eso ahora parece cambiar, además de que, según el CIS, el PSOE rompe la histórica hegemonía del PP entre los mayores de 65 años. Parece sabroso el condimento socialista, pero ¿es duradero?

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