Clavijo, el jefe

Al hombre le desapareció la sonrisa del rostro la sonrisa cuando un juzgado lagunero lo citó en calidad de investigado en el caso Grúas. No sólo no la ha recuperado, sino que, a partir de ese instante, sus comparecencias públicas son cada vez más mustias. Sobre todo desde que, hace unos días, ha sido señalado como el jefe y, desde entonces, parece sentirse acorralado tras las declaraciones de varios testigos clave, precisamente aquellos que su abogado defensor no quería que testificaran. Ya sabes, el primer dueño de la empresa de grúas y los mismos trabajadores de la compañía. Normal que la preocupación se haya instalado en el rictus del expresidente del Gobierno autonómico y líder tinerfeño de Coalición Canaria.
 
El caso sigue en el juzgado de La Laguna y no ha sido elevado al Tribunal Supremo, a pesar de las insistentes peticiones de la defensa de Fernando Clavijo porque, parece ser que primero debe concluir la instrucción. Aunque esté aforado. Por allí pasó el primer dueño de la concesionaria de las grúas, quien se ha reafirmado ante la jueza de todo lo que ya había declarado ante la comisión de investigación municipal y ante la Guardia Civil. Este empresario declaró en su día que había recibido presiones por parte del entonces alcalde lagunero y hoy senador autonómico, para que vendiera la empresa a una serie de personas que mantenían distinto nivel de relación con el propio Clavijo. Otro paso más hacia el desenlace.

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