Top Secret, 4 de noviembre de 2020

Calma, fieras

Calma, fieras

Todos aquellos que, bien por ignorancia, bien por intereses políticos de dudosa ética, alarman con la cantinela del “llegan muchos en patera y aquí no cabemos todos” han de saber un par de cosas. En la actual, llamémosle, crisis migratoria hacia Canarias, dice el Gobierno Regional que han arribado en embarcaciones que denominamos patera o cayuco, en torno a las 12.000 personas procedentes del vecino continente africano. Lejos todavía de las llegadas entre los años 1999 y 2003, primer gran movimiento migratorio, cuando llegaron 28.000 personas y todavía más lejos de las 85.000 que cruzaron el brazo de mar que nos separa del continente entre 2004 y 2008. Estas cifras son las que dio el vicepresidente de Canarias, Román Rodríguez durante su intervención en la comisión parlamentaria de Asuntos Europeos y Acción Exterior. Allí recordó que las migraciones son consustanciales al ser humano y que no pararán en los próximos años, por lo que insistió en una solución que combine las políticas de cooperación al desarrollo, las medidas de control de fronteras y salvamento marítimo, una acogida digna y limitada a los migrantes y las derivaciones hacia el continente.

Derivaciones

Y de esto último también ofreció cifras. De las 12.000 personas que han llegado en esta, concedamos, tercera crisis migratoria de lo que va de siglo, quedan en las islas 4.800 adultos y 1.403 menores. Es decir, 6.203 personas, más o menos la mitad de los arribados en pateras o cayucos. La otra mitad ya ha volado hacia la Península. O han viajado en barco. El caso es que ya no están aquí. Igual esto último no se lo han escuchado decir a los que, en las redes sociales, disfrutan hablando de invasión, metiendo miedo con el que aquí no cabemos todos o que acabaremos cambiando los teleclubs por mezquitas. Tampoco a esos (poco) responsables líderes de partidos políticos que se la pasan haciendo populismo barato con esta realidad tan delicada. Ya de último disfrazan sus arengas xenófobas y racistas anteponiendo eso de “es por su propio bien y para procurar una atención humanitaria digna bla, bla, y más bla”.

Se dijo

Bueno, pues digámoslo: la mitad de los que han llegado ya no están. El Gobierno los ha derivado a la parte española de la Península Ibérica. Aquel Gobierno de España que les han contado que es insensible a esta situación y este Gobierno canario, o el insular, que son tan sumisos y tal y tal, pues resulta que van gestionando el tema. En su comparecencia, Román Rodríguez, recordó que la Agenda 2030 de Objetivos para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas plantea entre sus metas el facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas. Y, como somos Europa para todo y no sólo para subvenciones, pues habrá que contribuir en la parte, voluntaria o involuntaria, que nos toca. Y los responsables políticos que braman y berrean contra la inmigración -pero, recuerden, sólo porque les importa la atención humanitaria- deberán reconocer que en Europa se está muy bien. Porque es de donde nadie se quiere mover. Y a donde los migrantes quieren llegar.

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