SEMBLANZA

Aquella tentación colonial conejera en África

En el siglo XV, de Arrecife partieron varias naves rumbo a la costa africana fundando la que sería la primera colonia española en África.

Aquella tentación colonial conejera en África

El 3 de octubre de 1882 se organizó en Arrecife una expedición a Santa Cruz de Mar Pequeña, en la cercana costa africana, a bordo del vapor Pérez Gallego, propiedad de Pesquerías Canario-Africanas. Los expedicionarios, entre los que se encontraba el notario Antonio María Manrique y Saavedra, no dieron con población pero, en cambio, encontraron las ruinas de un fuerte semienterrado en la arena. Los gastos de la expedición ascendieron a 785 pesetas aportadas por la Sociedad Democracia y Manuel Coll, Joaquín Reguera, Francisco Matallana, José Ferrer Padilla, Domingo Negrín y Luis Perdomo. Pero, ¿qué iban buscando? ¿A qué obedecía aquél aparente y decimonónico brote colonial?
 
La cosa venía de muy atrás. Del siglo XV, nada menos. En aquella época, de Arrecife partieron varias naves rumbo a la costa africana fundando lo que sería la primera colonia española en África, según se reconoce en el tratado de Algeciras de 1882, bajo el nombre de Torre-Factoría de Santa Cruz de la Mar Pequeña. El móvil era el comercio, pero aquella huella colonial no traería más que conflictos e incursiones de represalia, lo que conllevó la fortificación de las costas canarias y, en particular, del puerto de Arrecife. Antonio María Manrique y sus acompañantes hallaron los restos de la torre erigida varios siglos antes.
 
Manrique cartografía el banco pesquero saharaui del norte
 
Antonio María Manrique interviene como principal auxiliar del Gobierno español en las conversaciones hispano-marroquíes encaminadas a cumplir el tratado de Wâd Ra’s, firmado en 1860. Con ello terminaba la guerra entre España y Marruecos, que se había iniciado un año antes. Marruecos debía entregar el territorio comprendido desde la costa mediterránea hasta Angêra y, en el litoral atlántico, Santa Cruz de la Mar Pequeña, señala Rafael Muñoz Jiménez. Muñoz ha trazado el perfil biográfico de Manrique, quien realiza una descripción cartográfica del banco pesquero saharaui del norte, en donde encuentra la posibilidad de ampliar el campo de actividades de la flota canaria.
 
De la mano de Benchomo Guadalupe, el Archivo Municipal de Arrecife ha investigado la figura de este prócer, impulsor de la industria pesquera y de la sal, además de fundador en Arrecife de un colegio y del periódico El Lucero del Alba. Nacido en Tetir, Fuerteventura, tuvo una gran influencia en la vida cultural, social y económica de la isla y la ciudad a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Falleció en Arrecife el 27 de enero de 1907 este notable intelectual, escritor, periodista e investigador. 
 
Antonio María Manrique tiene una calle en Titerroy y otra en la Villa
El periódico El Progreso escribió: “Ha fallecido en Arrecife (Lanzarote) el culto y laborioso literato D. Antonio María Manrique, asiduo colaborador de casi todos los periódicos de la provincia y muy reputado por sus conocimientos históricos y científicos, de los que dio relevantes muestras en sus trabajos, muchos de ellos reproducidos en la prensa peninsular y extranjera y todos inspirados en elevados ideales de progreso, a la vez que en el más profundo cariño por esta tierra, cuyas excelencias cautivaban por entero su espíritu, abierto siempre a los patrios sentimientos. De carácter afable y llano y de corazón todo bondad, era, además, el veterano escritor, un excelente caballero y un amigo cariñoso, que se captaba las simpatías de cuantos tuvieron ocasión de conocer las nobles prendas que realzaban su personalidad”.
 
Antonio María Manrique tiene una calle en Titerroy y otra en la Villa, muy cerca del colegio Dr. Alfonso Spínola.

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