Apasionante nuevo curso político

La Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados aprobó la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias. La propuesta será ahora elevada al Pleno y después irá a trámite en el Senado. ¿Qué nos espera? Probablemente lo más novelero y lo que levanta morbo (político) del bueno sea la reforma del sistema electoral, y lo de más peso sea el anclaje constitucional del Régimen Económico y Fiscal. ¿Saldrá adelante todo eso? Teniendo en cuenta que en la Comisión ha contado con los votos favorables de PP, PSOE, CC y NC y la abstención de Unidos Podemos y Cs, es previsible que el Pleno del Congreso dé luz verde, allá por el mes de septiembre, y que el Senado no diga lo contrario porque allí son mayoría los populares. Así que en noviembre puede estar aprobado el nuevo texto del Estatuto. A tiempo más que suficiente para que en las elecciones de 2019 estrenemos nuevo sistema electoral (que podrá ser aplicado independientemente de la Ley al efecto que debe desarrollar el Parlamento de Canarias y para lo que tiene tres años de plazo). ¿Y en qué ha parado lo que sus señorías han aprobado en Madrid? Pues en algo que se veía venir y que aquí hemos advertido de forma reiterada: salta por los aires la llamada Triple Paridad sin que hayamos amarrado un “algo” que corrija el desequilibrio insular con millones (de euros), visto que con personas no ha funcionado.

 

El acuerdo al que se ha llegado en la Comisión eleva de los 60 parlamentarios actuales hasta los 70 escaños. En base al siguiente aumento: un diputado más para la isla de Fuerteventura, por cuestiones de incremento de población, y una lista regional de 9 diputados más. Todo ello acompañado de la bajada de los topes electorales hasta un 15% de los votos en el ámbito insular (actualmente está en el 30%) y al 4% autonómico en lugar del 6% de hoy día. Probablemente esto cambie de forma notable el mapa en el Parlamento de Canarias. Y es previsible que obligue a esfuerzos parlamentarios de mayor diálogo y entendimiento. Los representantes de los partidos políticos de las islas menos pobladas están más que preocupados con lo que pueda pasar. En realidad con lo que les pueda pasar a ellos. Además de los ocho candidatos que proponga cada formación en el ámbito insular, tendrá que pelear por algún hueco en esa lista de 9 candidatos de la lista única regional. Y ahí quedará retratada la verdadera fuerza que tienen los políticos conejeros en sus respectivas organizaciones. Nos tememos que poca o ninguna.

 

Nueve nombres, entre hombres y mujeres, y ocho islas esperando ser representadas. De entrada Tenerife y Gran Canaria coparán, mínimo, los dos primeros lugares (salvo sorpresa). A partir de ahí a tortas La Palma y Lanzarote. Incluso Fuerteventura. Y parece más claro que El Hierro, La Gomera (¿Y La Graciosa?) aspirarán al nueve... o al ocho con suerte. Por población y aportación al PIB, Lanzarote debiera reservarse el candidato número tres de esa lista regional. Por peso de la organización en el contexto regional, vayan a saber. Si no ven a ningún conejero o conejera entre los tres primeros de esa lista autonómica, empiecen a sospechar de la importancia de los políticos de ese partido en la isla (en relación con el conjunto de Canarias). Dicho en castellano antiguo: quedarán con el culo al aire y encima tendrán que justificarlo y tratar de que les creamos. Y, oigan, quién sabe si de esta manera se rebelan y los “fijos” la lían en el Parlamento. Los fijos son los electos entre los ocho. Se abren nuevos tiempos, sin duda. Veremos cómo se gestionan.