TRADICIÓN

Alfombras: sal marina peninsular envuelta en ocho estrellas verdes

Fotos: JL Carrasco.
La sal es de procedencia peninsular: sería como un sancocho sin batatas del jable o una fiesta de la vendimia con vino de tetrabrik importado.
Alfombras: sal marina peninsular envuelta en ocho estrellas verdes

La confección de alfombras de sal por el Corpus Christi es una tradición local que ha incorporado un importante matiz en los últimos tiempos: la sal es de procedencia peninsular. Es como un sancocho sin batatas del jable o una fiesta de la vendimia con vino de tetrabrik importado. A casi nadie parece importarle, aunque la Orden del Cachorro Canario es una honrosa excepción. Desde hace años, esta asociación elabora una alfombra en las calles de Arrecife con sal marina procedente de las Salinas de Janubio y viene reivindicando, sin éxito, que todas las alfombras se confeccionen con sal de aquí.    
 
La sal de Lanzarote es muy cara y puede obtenerse a mucho mejor precio en otros lugares. ¿El motivo? La de aquí se produce por métodos artesanales y su obtención muy intensiva en mano de obra. La que se viene comprando en los últimos años es industrial, procede de Alicante y se trae por vía marítima. Puesta en plaza sale a menos de la mitad de precio que si se comprara en la propia isla. En los últimos años, el Cabildo la trae de allá y la distribuye en Arrecife y los demás núcleos de población que confeccionan alfombras. En alguna ocasión Yaiza optó por adquirir sal de Janubio.
 
El Cabildo distribuirá a los ayuntamientos 51 toneladas de sal peninsular
El Cabildo distribuirá este año a los ayuntamientos un total de 51 toneladas para la elaboración de las tradicionales alfombras del Corpus. Seis toneladas irán a parar a los ayuntamientos de Haría, Teguise y Yaiza, respectivamente; 12 toneladas al de Arrecife; 10 toneladas al de Tinajo; y 11 toneladas al Ayuntamiento de San Bartolomé. Este año, el Ayuntamiento de Tías no ha solicitado sal para la elaboración de los tapices de sal, por disponer de excendentes de otros años. 
 
51 toneladas de sal. ¿De cuánto dinero estamos hablando? ¿Acaso de decenas y decenas de miles de euros? Echa cuentas. Si se compraran 51 toneladas de sal marina en bolsas de 1 kilogramo aprecio de supermercado, el coste sería de unos 30.000 euros. Si se adquiriera a granel, mucho menos. Y si se optara por sal de desecho, la merma que se retira, saldría todavía más barato. Si se aplicara la misma lógica a otros productos insulares y fueran rechazados por caros, no se vendería ni una sola botella de vino de La Geria en los Centros Turísticos.
Las salinas se encuentran abandonadas, a excepción de una parte de las Salinas de Janubio

La situación roza el absurdo. No se compra sal marina de la isla para el Corpus, pero tampoco hay en marcha acciones por parte de los poderes públicos tendentes a conservar y mantener las salinas marinas artesanales. Estos hermosos paisajes se encuentran totalmente abandonados con la única excepción de una parte de las Salinas de Janubio. La solución pasa porque las Administraciones Públicas contribuyan a viabilizar comercialmente la producción artesanal de sal marina.

Pero, una cosa es el precio de sal marina obtenida por métodos tradicionales, la llamada salicultura, y otra muy distinta es su valor. Esto es lo que no se quiere entender. Las salinas son inestimables testimonios de la cultura tradicional de Lanzarote, ya que contienen hermosos paisajes construidos por la mano del hombre e incorporan valores naturales, medio ambientales, patrimoniales e históricos. Pero como quien oye llover.
 
Durante la tarde y hasta bien entrada la noche de este sábado, 22 de junio, numerosos colectivos de variado signo se echarán a las calles para confeccionar con tintes las tradicionales alfombras de sal… de Alicante.

Una tradición de los años treinta del siglo XX

Al ser Canarias encrucijada de pueblos, muchas de sus manifestaciones culturales son hijas del mestizaje. Así, la tradición de las alfombras surgió de la mano de significativas familias de La Orotava a mediados del siglo XIX, y de allí se expandieron a otras zonas. Esta actividad artística realizada con flores en la villa tinerfeña es de una gran belleza.
 
Como sucede en otras islas del archipiélago, las alfombras de sal en Lanzarote se confeccionan cada año durante el Corpus Cristi. Esta celebración data de los años treinta del siglo pasado, aproximadamente. En su momento, las calles céntricas de Arrecife se adornaban con flores, plantas y hasta serrín, pero las penurias que siguieron a la Guerra Civil española dieron paso a la sal teñida de colores. 
 
Al parecer, esta tradición obedece a que las empresas de la pesca comenzaron a donar la sal para conmemorar el Corpus. La sal marina se producía para abastecer a la flota pesquera, que la utilizaba para conservar el pescado en salazón. Desde entonces, se confeccionan con sal tintada de diversos colores, cuya realización corre por cuenta de organizaciones religiosas, sociales, culturales, educativas e instituciones públicas. En la actualidad, los tintes son ecológicos.
 
Arte efímero de sustrato religioso en su origen, aunque manifestación popular poco o nada vinculada a la religión, las alfombras de sal en Lanzarote son una expresión de la cultura marinera porteña, que, en otra época, fue muy floreciente. Las principales calles situadas en los alrededores de las parroquias de las cabeceras municipales se engalanan con auténticas obras de arte sobre el asfalto, realizadas en tiempo récord, y que, al día siguiente, serán pisadas por la comitiva en procesión.

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