Aceras y distancia en Lanzarote

Aceras y distancia en Lanzarote

¿Metro y medio o dos metros? ¡Imposible! La mayor parte de las aceras de Lanzarote no sirven para mantener la distancia física que se exige en estos tiempos. Y eso cuando hay aceras… Por fortuna, las localidades turísticas, además de Playa Honda, poseen avenidas marítimas bien hermosas para recorrerlas a buen paso, y en Arrecife escapan el frente litoral y la Rambla Medular. El primero porque es largo y ancho y se presta para pasear y trotar, y la segunda porque dispone de aceras anchas, en general, a ambos lados. El problema de esta última radica en que si vas por la rambla, propiamente dicha, a cada rato te encuentras una rotonda, por lo que tienes que cruzar un par de pasos de peatones para regresar a ella. Es una rambla interruptus.   
 
En estos días de fases y desescalada, no lo tenemos fácil para salir a estirar las piernas moviéndonos a una distancia inferior a un kilómetro de diámetro de nuestros hogares. Porque parques y jardines apenas hay, y los que hay son para echarse a llorar. Una pena. Así que nos queda el campo y sus caminos o los núcleos de población con sus enormes carencias para los peatones. En datos de 2016, Lanzarote y La Graciosa contaban con más de tres mil calles, y, de ellas, sólo 144 eran peatonales. Calles con aceras había casi dos mil. Unas mil presentaban déficit de aceras, la mayoría sin ellas y las restantes con aceras por tramos. ¿Y los árboles? Por aquí se desconoce lo que es eso. Y esto es lo que tenemos en este paraíso para los coches: para echarse a correr sin mirar atrás.

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