Top Secret, 2 de septiembre de 2020

Abandonada

La colocación de postes para proteger la flora y la fauna sembró la polémica en su día (FOTO: diariodelanzarote.com)

Abandono

Dejada de la mano de Dios este verano. Aquí Costas ni aparece o, a lo sumo, ejerce como el perro del Hortelano: ni hace ni deja hacer. ¿A qué lugar se refiere este comentario? Nos llegaba justamente ayer, coincidiendo con el primer día del retorno de este Top Secret. La persona que lo envió, plenamente identificada, como no puede ser de otra manera, quería hacernos partícipes del “caos y descontrol” que, a su juicio, ha presidido el verano en Famara. Y que él resume en “anarquía absoluta en el tráfico rodado y vista gorda con los perros”. El comunicante empieza relatando la permisividad que ha habido con los coches: “han aparcado donde les ha dado la gana. Hasta en las mismísimas narices de las señales de prohibido aparcar. Subían y bajaban de Los Noruegos formándose unos atascos muy serios, con escenas rozando los ataques de ansiedad. Ha habido días en que el caos era tal que se tardaba más de media hora en salir de la urbanización hacia la carretera”.

Sin control

Unas situaciones, sigue diciendo el comunicante, “que se hubieran solucionado con la presencia de la Policía Local o de la Guardia Civil”. No tiene demasiado claro a quién compete el tema y, honestamente, nosotros tampoco. Pero alguien tiene que ser el responsable de regular el tráfico y de impedir o multar los aparcamientos “a veces sobre las mismísimas dunas”, señala. Y si esta situación fue caótica en Famara, la zona conocida como el Papelillo no lo fue menos. Ahí “la gran cantidad de vehículos que se daban cita todos los días motivaba la falta de sitio para aparcar, con lo que no pocos todo terreno terminaba haciéndolo en zonas no permitidas, sin que nada ocurriera”. A esta situación, dice quién nos escribe, “contribuyeron en gran medida las autocaravanas que aparcaban de lado en las zonas habilitadas ocupando el espacio de tres turismos”. La solución que sugiere es la de Papagayo: taro, barrera y a pagar. Control de entrada y salida y el dinero recaudado “a los servicios: recogida de basura, rehabilitación de la zona y arreglo de caminos”. Pues dicho queda

Perros

Pero no todo está dicho, porque en la denuncia que nos remite, hay sitio también para “quienes desoyendo la normativa han ido día si y día también, desde la mañana hasta la tardecita, con su perro por la playa como si nada”. Dice que “ha habido días que, en pocos metros, se han juntado no menos de cuatro o cinco perros campando a sus anchas mientras los dueños tomaban tranquilamente el sol o se bañaban”. Tampoco ahí “ha habido control ni sanciones de ningún tipo. Y conste que soy amante de los animales, que tengo mi propio perro que no llevo nunca a la playa precisamente porque no se debe”. Pero no todo el mundo obra del mismo modo, por lo visto. En fin, que hoy, este espacio, ha servido de válvula de desahogo para un ciudadano bastante quemado con el verano en Famara, “dejada de la mano de Dios este verano. Aquí Costas ni aparece o, a lo sumo, ejerce como el perro del Hortelano: ni hace ni deja hacer”, concluye.

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