ESPACIOS

Salinas marinas artesanales, qué largo es el olvido

A pesar de que constituyen unos espacios únicos por su singularidad y belleza, no han conseguido recabar la atención de las Administraciones Públicas.
Salinas marinas artesanales, qué largo es el olvido

Hablando de reservas de biosfera, geoparques y observatorios, hay un paisaje en la isla que, por las razones que sea, no ha conseguido colarse en la agenda política y presupuestaria insular: las salinas marinas artesanales. A pesar de que constituyen unos espacios únicos por su singularidad y belleza, no han conseguido recabar la atención y el apoyo de las Administraciones Públicas, cada una en el marco de sus competencias, para garantizar su subsistencia. 
 
En Lanzarote, las salinas marinas artesanales han estado estrechamente vinculadas al sector pesquero, y sólo una se encuentra en activo: las de Janubio. Estas son las de mayor extensión y las de mayor capacidad de producción en todo el Archipiélago. Además, se las considera uno de los ingenios salineros más importantes del planeta.
 
Las salinas constituyen una de las industrias más antiguas de Canarias
En la actualidad, quedan en las Islas menos de diez salinas en explotación. Muchas han sido declaradas espacios naturales protegidos, amén de otras protecciones adicionales aprobadas por distintas Administraciones Públicas. Papel mojado. La efectiva y real protección de las salinas marinas artesanales canarias se consigue no con declaraciones institucionales, sino adoptando medidas que impulsen y reactiven la actividad tradicional salinera, que es la gran valedora de estos espacios, a través del producto sal marina. Por si no fuera suficiente, las salinas constituyen una de las industrias más antiguas de Canarias y un referente de la historia, cultura, tradición, medio ambiente y patrimonio de las Islas. 
 
Las salinas son al litoral marino lo que La Geria a los volcanes. Cada una de ellas conforma bellos paisajes que han sido posibles sólo mediante la intervención humana. Si estos espacios singulares aportaron y aportan en la actualidad múltiples valores relacionados con sostenimiento del paisaje de la sal, su conservación pasa, como con casi todo, por vincularlas al turismo. Dado el bajo precio de la sal marina, no hay otra salida, máxime cuando la producción de sal no admite mecanización y sigue siendo una actividad artesanal.
 
Es crucial que la sal marina artesanal deje de ser un producto minero
La subsistencia de las salinas marinas artesanales requiere inexorablemente mejorar la competitividad de la sal producida en el mercado, que es lo único que garantiza la continuidad de la actividad económica y la conservación de los paisajes salineros. Ello, a su vez, pasa por conseguir que la sal marina artesanal deje de ser un producto minero, como en la actualidad, para considerarse un producto agro alimentario, pudiendo así acogerse al régimen de ayudas europeas existentes para los productos agrarios.  
 
Entre otras muchas, otra medida imprescindible consiste en conseguir de la Unión Europea planes específicos de ayuda a la rehabilitación de las salinas, con el fin de conservar los paisajes y preservar los valores culturales y ambientales que albergan. La rehabilitación tampoco admite maquinaria y ha de hacerse aplicando mucha fuerza de trabajo, por lo que es muy costosa. Lo mismo sucede con el mantenimiento anual de las salinas, tarea que tiene lugar en el período invernal, cuando cesa la producción de sal. Un decenio de estos, quizá logren las salinas marinas artesanales colarse en la agenda política, y esperemos que no sea para realizar excavaciones arqueológicas.

Comentarios