Pobreza material

De mal en peor y manga por hombro. Así marchan las cosas esenciales para la vida de las personas en Canarias y después de una mala noticia llega otra peor. Tras la sanidad pública canaria, la peor de España, viene la pobreza material en las Islas, que alcanzó en 2017 al 13,4 por ciento de la población, lo que convierte al archipiélago en la región con el indicador más alto del país, según el último informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros.
 
Este informe analiza las tasas de privación material severa en Europa. Mide el porcentaje de población que vive en hogares que carecen de determinados bienes y servicios o que no pueden satisfacer necesidades financieras básicas, erigiéndose en un indicador habitual de pobreza material. Para hallar la pobreza espiritual basta con darse una vuelta por las sedes de buena parte de los partidos políticos y observar un buen número de bancos en el Parlamento regional.
 
Canarias supera a la siguiente comunidad o ciudad autónoma en 4,2 puntos porcentuales, pues la región más cercana es Melilla, con un 9,4 por ciento. En el lado contrario de la tabla, con ratios de pobreza material inferior al 3 por ciento, se encuentran Navarra, Aragón, Cantabria o Galicia. Parece que cuanto más al norte, menor pobreza material, mientras que por aquí abajo estamos inmersos en una especie de agujero negro que sólo podría comenzar a invertirse con una profunda renovación del poder político.
 
Justo antes de la crisis, en 2007, España se encontraba entre los países con menores tasas de privación severa de la Unión Europea y se situaba cerca de los países escandinavos, pero, entre 2007 y 2014, la tasa española se dobló mientras que la de aquellos países descendió. Y otro dato preocupante: de los 2,36 millones de residentes en España afectados por privación severa en 2017, dos de cada diez tenían menos de 18 años. Así no habrá futuro posible.