Top Secret, 28 de julio de 2017

Luis y Nacho

Luis y Nacho
Con pocas horas de diferencia dos hombres de generaciones bien distintas pero con mucho en común, aunque de entrada pueda no parecerlo, han recibido la noticia de que su Isla les tributará homenaje. Uno de ellos es Luis Morales Padrón, encargado general de obras del Cabildo de Lanzarote entre 1960 y 1997. El otro Nacho Romero, biólogo, medioambientalista, autor de la Guía de Senderismo de Lanzarote y de 'Isla de Lobos' y apasionado del medio natural desde su infancia, así como del mundo histórico de Canarias y los deportes tradicionales. Morales (si no la encharcan los políticos en el pleno del Cabildo de este viernes por la mañana) recibirá la Medalla de Oro de la primera corporación de la isla. Romero, por su parte, será Distinguido del Turismo en cuanto reciba el distintivo que así lo acredite en la Gala del Día Mundial del Turismo, en septiembre. Sin Luis Morales no se entendería la isla tal como hoy la conocemos. En esas cuatro décadas se hicieron la inmensa mayoría de las intervenciones en el espacio (las bien hechas, en concreto) y se asentaron las infraestructuras que hicieron posible el desarrollo posterior de una Lanzarote que iba como un tiro a por el turista europeo. Sin Nacho Romero probablemente acabaríamos olvidando eso mismo: de dónde venimos, las barreras que hemos superado, las cosas que deberíamos conocer y amar...Un poco de luz al final de una semana un tanto agitada para el Cabildo de Lanzarote.
 
Otra serpiente de verano
Ya saben los que nos siguen, multitud, modestia aparte, que a una parte del socialismo acampado en el ayuntamiento de Arrecife le pone de los nervios que les saquen a pasear sus vergüenzas. Y achacan a la ciudadanía aburrida y a periodistas que dormitan las guardias en periodo estival, que se saquen noticias que les hacen quedar mal. Ocurre, sin embargo, que la pandi se empeña en generar titulares de todo a cien. Como lo del cartel de las fiestas de San Ginés, la concejal que duda si contar o no las ventosidades que se tira o, la más reciente, la de ayer: el incendio de una de las guaguas municipales. No, no se apuren. No le vamos a arrimar la culpa del incendio al ayuntamiento de Arrecife....a menos que la investigación que seguramente se haya abierto concluya cosa distinta. Esta vez la serpiente de verano tiene que ver con el extintor que lleva la guagua y que, en la práctica, es como si llevara un barril de cerveza: el mismo uso (ninguno) en caso de incendio. En otras circunstancias los detalles del incidente apenas cobrarían relevancia. Pero en el actual ayuntamiento de Arrecife, que una guagua municipal se incendie y tengan que pedir extintores al bar de la esquina y mandarle con un balde de agua de mar a falta de mejores medios, retrata (por enésima vez)  lo que hay por allí adentro.
 
Un extintor inútil
A falta de las explicaciones que tenga que dar, si las da, el ayuntamiento capitalino (ya saben que para lo sustancial -Plan General- ni mu, pero para lo chorras -el cartel- usan hasta las redes sociales de la institución para 'opinar') quién sí habló fue el Consorcio de Seguridad y Emergencias, activado para apagar el incendio de la guagua y cuya intervención no llegó a producirse porque el siniestro no fue de excesiva relevancia y los extintores del bar funcionaron bien. Y habló el Consorcio porque uno de los bomberos destacados en la emergencia informó que "un extintor de los dos que había en la guagua en vez del precinto tenía una verguilla que no se podía quitar dejándolo inservible". Hasta pereza da pensar que ahora se pongan a jalar del hilo. Un extintor inutilizado en un transporte público. Las tres señoras, y el chófer, podrían hasta demandar al ayuntamiento por semejante irresponsabilidad. Y es de suponer que el resto de la jornada de ayer la pasarían revisando la totalidad de los extintores del resto de guaguas por si las verguillas.

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