Opinión

Las fortalezas y debilidades electorales de Sánchez

Las fortalezas y debilidades electorales de Sánchez

La campaña electoral de cara a la nueva cita del 10 de noviembre está en marcha desde hace semanas, con especial intensidad de días a esta parte. En realidad, estamos en campaña electoral desde la misma noche del 28 de abril, en gran medida provocado por los resultados de las elecciones generales celebradas ese día. Con el recuento ya finalizado, aquel 28 de abril, Pedro Sánchez y sus principales colaboradores salieron al balcón de la sede de su partido, en la madrileña calle Ferraz, para saludar a sus entusiasmados militantes. 
 
Allí -convenientemente preparado o fruto de la espontaneidad- la multitud enfervorizada saludada a sus líderes al grito de “Con Rivera, no”; “Con Rivera, no”; “Con Rivera, no”. Sánchez respondió a los cánticos con las que fueron sus primeras palabras: “Creo que ha quedado claro, ¿no?”. La misma noche electoral quedó así cerrada la puerta a un pacto entre el PSOE y Ciudadanos que sumaba una mayoría holgada de 180 diputados. A partir de ahí, cualquier mayoría de gobierno pasaba por llegar a un acuerdo con Unidas Podemos.
 
El PP está en pleno proceso de reconstrucción y sin tiempo para poder disputarle el liderazgo
No ha sido mucha la pasión que Sánchez le ha puesto en estos casi cinco meses para poder alcanzar un acuerdo con Unidas Podemos; todo lo contrario, la estrategia que ha seguido ha consistido en dejar pasar el tiempo e ir, de paso, desgastando a su principal competidor en el espacio de la izquierda. A la vista de cómo han ido evolucionando los acontecimientos, cabe pensar que Sánchez se marcó desde la misma noche del 28 de abril el objetivo de repetir las elecciones, con la convicción que las mismas mejorarían significativamente el número de diputados que obtuvo su partido el 28-A. Además, ha querido Pedro Sánchez aprovechar los esporádicos contactos mantenidos a lo largo de este tiempo con Unidas Podemos para restarles credibilidad y ponerles en evidencia ante el electorado de izquierdas; en definitiva, para recuperar buena parte del electorado que dejó en el camino en favor de la formación morada en las elecciones del 2015.
 
El escenario político ha favorecido la estrategia del presidente en funciones del Gobierno de España, con un PP en pleno proceso de reconstrucción y sin tiempo para poder disputarle el liderazgo, Ciudadanos cotizando a la baja en todos los sondeos y Unidas Podemos en el momento de mayor debilidad desde su irrupción en el 2015. Además, la fractura en el electorado de la derecha, después de la aparición de Vox, y en el de izquierdas con la reciente puesta en escena de Más País, parece haber apuntalado sus planes.
 
Estamos ante una carrera electoral en la que Sánchez parte con toda la ventaja
Estamos en el escenario soñado la noche del 28 de abril por Pedro Sánchez y su equipo. Sin embargo, en estos cinco meses nuevos factores están teniendo presencia en la vida política, social y económica que añaden una cierta incertidumbre a las elecciones del próximo día 10 de noviembre. La falta de diálogo y el agotamiento producido por las repetidas convocatorias electorales refleja, en todos los trabajos sociológicos, un hastío en los ciudadanos que, a día de hoy, se puede materializar en una alta abstención. Es este el principal adversario electoral de Pedro Sánchez el próximo 10 de noviembre.
 
Otro factor, no previsto, que puede influir en el electorado, es la creciente preocupación por la parálisis de la economía. Se dibujan nubarrones en el horizonte y está por ver si descargan antes del 10 de noviembre o se dilatan en el tiempo. Y, por último, aunque previsto en el calendario, está el imprevisible impacto que puede tener en la ciudadanía la sentencia del ‘procés’ y las reacciones políticas y sociales que se produzcan como consecuencia de la misma; un escenario, este último, difícilmente medible electoralmente a día de hoy. Estamos ante una carrera electoral en la que Sánchez parte con toda la ventaja, pero en la que la abstención, la economía y Cataluña pueden quitarle el sueño que no le quitó Unidas Podemos.
 
Por lo demás, aquí en Canarias, está última semana también nos ha dejado el acuerdo de Nueva Canarias y Coalición Canaria para concurrir juntos a las elecciones del 10-N. Sin duda, un acuerdo responsable con Canarias, que interesa a Canarias. Las Islas se juegan mucho en meses -o años- que serán especialmente difíciles. La campaña ha empezado con la crisis económica ocupando cada vez más espacio e incrementando la preocupación a pie de calle. Aunque parece que el viento sopla a favor de Pedro Sánchez.

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