ARRECIFE

El paseo Monseñor Romero no levanta cabeza

Esta vía urbana que no levanta cabeza a pesar de los esfuerzos que se hacen por mantenerlo en perfecto estado de revista.
El paseo Monseñor Romero no levanta cabeza

El paseo peatonal Monseñor Óscar Romero está gafado. Este obispo salvadoreño asesinado en 1980 da nombre al paseo peatonal que discurre paralelo a la fachada del naciente de la Ciudad Deportiva Lanzarote, en Arrecife. Paseo peatonal es su anhelo teórico, ya que en realidad se trata de una vía urbana que no levanta cabeza a pesar de los esfuerzos que se hacen por mantenerlo en perfecto estado de revista. El deterioro parece ser su estado natural.
 
Adoquines levantados, raíces que han agrietado el pavimento, rampas con zonas ocultas situadas en la cercanía de la Rambla Medular, la deficiente iluminación y la accesibilidad para las personas con movilidad reducida que brilla por su ausencia. Lo mejor del cuadro son las paredes del recinto deportivo, recurrentemente utilizadas por los grafiteros como un gran lienzo para explayarse a su gusto con su arte callejero.
 
Esta vía conduce a la Escuela de Idiomas y al Centro del Profesorado desde la Rambla Medular, por lo que es muy transitada. En julio del año pasado, el Ayuntamiento de Arrecife ordenó desbrozar, limpiar y acicalar el paseo Monseñor Óscar Romero. Los operarios actuaron un día después de que biosferadigital.com publicara una noticia titulada Paseo Monseñor Romero, la jungla se abre paso, denunciando que se trataba de “una vieja demanda que espera solución”.
 
“Lo que nunca debió hacerse fue blanquear los muros”
La noticia propició algunos comentarios de nuestros lectores. “Este es el Arrecife que padecemos”, escribió uno; “Esto le pasa por llevar el nombre de obispo, si fuese cura seguro que estaría cuidada la calle que no es ni callejón”, anotó otro; “Desde el jueves se ha caído una bugambilla que impide seguir, hay que hacer un tramo saliendo por el llano. Eso parece un tramo de ninja warrior”, apuntó un tercero.
 
Otro lector señaló que “lo que nunca debió hacerse fue blanquear los muros. En ese tramo de paseo había algunos de los mejores murales de Arrecife, de clásicos del graffiti de la isla como Kant, Sinfo o Crus... Al final, al blanquearse, no se ha impedido que vuelvan a llenarse de pintadas, salvo que muchas de ellas carecen de la calidad de sus predecesoras y el aspecto es mucho más descuidado en la alternancia del color y el blanco que cuando los muros estaban repletos de color, con cohesión entre las piezas. A ver si con el tiempo vuelve a convertirse en un lienzo (ya que es una zona de paseo que carece de interés de no ser por los murales) y esa vez sí la dejan tal cual (…) Con el tiempo, otros artistas irían animándose a pintar encima cada cierto tiempo, respetando las piezas más interesantes hasta recobrar ese paseo su carácter de galería abierta”.
 
Todo preocupa en este espacio, pero en particular los usuarios insisten en corregir las rampas ocultas por los cambios de dirección, originadas para salvar la diferencia de nivel existente en el terreno en la intersección con la Rambla. Este enfoque crea zonas oscuras y no visibles que generan a los viandantes una situación de intranquilidad, dada la posibilidad de que haya en ellas personas ocultas que puedan intimidarles, molestarles, robarles o agredirles.

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