Top Secret, 27 de diciembre de 2017

El funcionario

El funcionario
Los tópicos son siempre injustos. Y probablemente uno de los que más es el que hace referencia a los funcionarios. Estos días hemos sido testigos de un comportamiento ejemplar. ¿De quién? De uno de los que trabaja en las oficinas de la Seguridad Social en Arrecife. Les contamos. Pese a que la Ley ya obliga a ello, el edificio no está adaptado para personas con movilidad reducida. En días pasados una persona con graves problemas de movilidad acudió a esas dependencias para hacer una gestión. El personal de seguridad (por cierto, de una de las empresas vinculadas al controvertido Miguel  Ángel Ramírez), le indicó que su consulta debía hacerse en la segunda planta. La acompañante del joven preguntó si había ascensor y la respuesta fue que no. En estas, el ‘securita’ desapareció escaleras arriba, mientras la pareja se disponía a recorrer con dificultad los escasos dos metros hasta el pie de las escaleras.  Pero hete aquí que, de repente, baja un funcionario junto con el de seguridad y le indica al chico que le va a atender en la planta baja, atestada de ordenadores que ese día utilizaban pocos trabajadores. Un bonito gesto que, sin duda, es de agradecer.
 
El edificio
El gesto del trabajador abandonando la mesa que tiene asignada y descendiendo al piso de abajo para que una persona con movilidad reducida no tuviera que subir escaleras contrasta con la realidad física de un edificio del Gobierno de España, como es el de la Seguridad Social. Son tres plantas de las que, al menos, dos de ellas están operativas para la atención al ciudadano. Cabe pensar que es práctica habitual que los trabajadores de ese organismo estén para arriba y para abajo cada dos por tres. Pero no es plan. De hecho ni es plan ni puede que sea ya legal ateniéndonos a la Ley que obliga a alcanzar la accesibilidad universal. De hecho el pasado día 4 de diciembre se cumplía el plazo dado por el propio Gobierno para obligar a todos a adaptar los edificios. Y el plazo no ha sido de quince días precisamente. Han tenido cuatro años para hacerlo. Sólo cabía una salvedad y es que esta accesibilidad se debía hacer "siempre que fuera susceptible de ajustes razonables".  Lo que deja alguna que otra puerta abierta. Que un Gobierno incumpla una Ley que ellos mismos han redactado es poco menos que hacerse trampas al solitario. Con el agravante de que los perjudicados son ciudadanos a los que un día se les abrió un rayo de esperanza… que ha quedado en nada.
 
Alergia al trabajo
Preguntan a este Top Secret si no vamos a decir nada acerca de las ‘nuevas incorporaciones’ al Cabildo de Lanzarote. Poco hay que decir. Son de esas cosas que o se explican muy bien o cuesta entenderlas. El pueblo, que al final es el que pone y quita, suele definir estas cosas como la ‘alergia a la tiza’ del político que un día de hace años se metió en una institución y hace lo imposible por reengancharse, en donde sea y de lo que sea, con tal de no volver a pisar las aulas. Los propios profesores ruegan que en estas situaciones no digamos que el político es ‘maestro’ sino que, en todo caso, pertenece al cuerpo de docentes de la Comunidad Autónoma. El último en protagonizar lo que acabamos de relatar, o algo parecido, es el futuro ex concejal de Coalición Canaria en el Ayuntamiento de Arrecife, Rafael Juan González Robayna, en lo público desde ni se sabe. Ahora que perdió su cargo de teniente de alcalde ha sido designado consejero no electo en el Cabildo de Lanzarote. Efectivamente, un lugar muy alejado de las aulas. El otro caso reciente es el de Jacobo Lemes, también perteneciente a la hornada nacionalista, que se ha quedado sin gobierno (y sin sueldo) en el Ayuntamiento de Arrecife. Y que no pasará frío este invierno porque ya es asesor del Cabildo. Falta por ver quiénes serán los agraciados en el Partido Popular. Tienen derecho a enchufar, perdón, a reforzar su presencia en el Gobierno con dos asesores y un consejero no electo. Ya les contaremos.

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