El follaje de la candidata

El follaje de la candidata

Así, como de entrada, ignoro qué diferencias hay entre las candidatas que se postulan a liderar la lista del PSOE al Ayuntamiento de Arrecife. No sé cuál es la mejor, quién es más competente, más brillante, tiene mejores condiciones para el buen gobierno, quién es más fuerte para lidiar con los malos hábitos de los trabajadores municipales, escaqueadores donde los haya, o cómo serán capaces de enderezar este tan avinagrado Ayuntamiento de la tercera capital de Canarias. No lo sé.
 
Sí sé de ambas lo que han dejado atrás, una como concejal de un mandato anterior, la otra como alcaldesa de la ciudad en este mismo momento. Ignoro qué le contaran a los afiliados con derecho a voto para colocarse en el puesto de salida, por dónde irán sus promesas de eficacia, de diálogo y mano dura, de inversión y de reversión del escenario urbano. Cómo pintarán su política municipal de llegar a gobernar.
 
De la actual mandataria sé lo que cuenta sobre su percepción de la ciudad. Resulta admirable por una doble circunstancia. Porque nos venda al final del mandato que la ciudad cambiará con árboles, y su follaje proyectará una grata sombra sobre nuestras cabezas. Debe ser que lo sabe y nos lo quiere demostrar con simulaciones de la calle “con y sin” árboles. Y resulta igual de extraordinario que lo cuente la misma persona que ha tenido la oportunidad única de intervenir en ese sentido y no lo ha hecho, ya no plantando nuevos árboles en la ciudad sino ni replantando las decenas de alcorques vacíos en algunas aceras. Habría estado bien que lo hubiera vendido como un proyecto para un mandato, como parte de una campaña electoral que ilusionara a la ciudadanía, y con el compromiso de su ejecución. Pero cuando llegó, no en el momento final.
 
De Anta tuvo su oportunidad, y tuvo con quiénes y con qué
Ignoro a qué parte de los vecinos quiere convencer con la medida de arbolado en el momento en que lo hace, ni a qué afiliados quiere poner de su lado, porque hasta dónde yo sé, nuestros alcaldes no suelen pedir permiso ni tienen la costumbre de informar de lo que quieren hacer. Lo hacen y punto. Esa sería la mejor demostración del éxito que supondría tal medida, al menos esta.
 
Por incapaz, ni tan siquiera se ha impuesto al Cabildo para que en “su” ciudad, en la calle Hermanos Zerolo, plantaran unos pocos árboles. Ya ven, ni la alcaldesa del PSOE, ni CC, promotor de esa piltrafa de peatonalización, han sido capaces. Por tanto, ya tenemos dos candidatos negados. La realidad de Hermanos Zerolo es la dilación de la obra, así como el mal proyecto que ejecutan. Hoy, una fila de farolas, aún enfundadas en sus protecciones plásticas, tal que preparadas para endilgárnosla en salva sea la parte, protagonizan la vía.
 
De Anta no lo ha hecho -plantar un árbol- y dudo que, de salir vencedora y gobernar, lo haga alguna vez. Y si algo me sienta a cuerno quemado es que se haga la simpática con el populacho cuando le quedan tres meses mal contados para acabar con su mandato y con nuestra paciencia. Por mí, se puede poner en su casa y dar paso a otro candidato con más ideas, arrestos y atención, pues de esta sabemos hasta donde llega, que no es mucho. Tuvo su oportunidad, y tuvo con quiénes y con qué. Lo ha tirado todo por la borda, nos ha decepcionado, hemos perdido un tiempo valiosísimo. Esto que ustedes ven es su balance. Nada.

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