Top Secret, 13 de junio de 2018

El espía que vino del Norte

El espía que vino del Norte

El espía que vino del Norte
Todos los países, incluso alguna que otra comunidad autónoma, tienen sus oficinas de espionaje. Centros de inteligencia se les suele denominar. En Lanzarote, algún partido también tiene sus propios agentes. Es el caso del Partido Socialista, aunque probablemente no lo sepan. Sin embargo, estas últimas horas uno de sus miembros ha cruzado la frontera y se ha hecho visible. Un poco a la guerra de Gila, pero corpóreo al fin y a la postre. Se trata del concejal socialista en el Norte, en el Ayuntamiento de Haría, Alfredo Villalba. Ese es su nombre de civil, su alias en el lado oscuro lo desconocemos. Probablemente sea un apelativo un tanto atravesado, para que no sea sencillo descifrarlo. Villalba, en un servicio impagable a la humanidad, se ha quitado la máscara de espía para denunciar uno de los más altos secretos... a voces. No es que él haya gritado como un believer al ver a su ídolo sino que el supuesto enigma no lo era tanto. Con gran “asombro y preocupación”, versión maúra del orgullo y satisfacción borbónico, el espía del Norte desvela que "desde hace meses y, de manera opaca” el Grupo de Gobierno de Haría viene trabajando en la peatonalización de Punta Mujeres. Un trabajo de espionaje limpio e irreprochable: meses de sigilosas indagaciones para descubrir el gran escándalo. Pero ¿Cómo llega un agente secreto a arrojar luz sobre un tema tan  enigmático?
 
Los planes del Gobierno
Puestos a echarle fantasía podríamos imaginar al espía del Norte camuflado de aloe vera escuchando las conversaciones que se producen en el despacho del alcalde. O quizá disfrazado de leche y leche en el bar de la plaza al acecho de alguna pista fiable que dejara de manera descuidada Pepe Pérez Dorta. Pero no. Esta vez la realidad no supera a la ficción... ni de coña. Alfredo Villalba se ha enterado de los planes secretos (que dice él) del Ayuntamiento de Haría en Punta Mujeres porque representantes del Gobierno municipal se reunieron con vecinos de la localidad para plantearles la iniciativa. Ya sentimos ofrecerles tan cutre spoiler, pero es lo que hay. Otra cosa distinta es que, de repente, en esa reunión los vecinos le dijesen que nones a los mandatarios municipales y estos como si oyeran llover. El pueblo (qué gran palabra esta) anda dividido entre los que lo ven mal y los que estarían de acuerdo. Cosa que, por otra parte, no sorprende nada. En teoría ningún político iría contra la corriente mayoritaria... salvo que quiera perder las próximas elecciones, claro. 
 
Canarias y el Aquarius
Durante la jornada de ayer se esperaba que el Gobierno de Canarias se posicionase sobre la crisis del Aquarius, el barco con más de 600 refugiados que finalmente tocará puerto en Valencia tras ser vergonzosamente rechazado por Malta e Italia. Después de que diversas ayuntamientos y gobiernos autonómicos ofrecieran recursos para aliviar el sufrimiento de las personas que viajan a bordo, las miradas estaban puestas en el presidente canario, Fernando Clavijo. Y finalmente anunció que esta región también será solidaria, si bien no precisó de qué manera ni cuántas plazas pondría a disposición del protocolo establecido. Es la respuesta que cabía esperar del mandatario de una autonomía que conoce el drama de la emigración muy de cerca. Todavía hoy muchos canarios no pueden regresar a su patria porque no hicieron la fortuna esperada. Otros sí volvieron y quién sabe cuántos se quedaron por el camino. Por eso estremece escuchar, o leer, a canarios amagando con la más mínima excusa para cerrar las fronteras al hambre y al sufrimiento de seres humanos cuya vida ha dado un giro de 180 grados. Bien por Canarias y bien por todas aquellas gentes que anteponen la solidaridad a cualquier otra bastarda circunstancia.

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