Top Secret, 17 de junio de 2020

Caos

Caos

La alcaldesa de Arrecife, Astrid Pérez, completó este martes el que probablemente haya sido el día más bochornoso de su carrera política. Lo empezó ocultando un informe trascendente y lo terminó enchufando a otro más en el gobierno. Cualquiera que haya seguido la trayectoria política de Astrid Pérez habrá advertido la dureza con la que se empleaba en sus tiempos de oposición. Críticas feroces a los gobiernos de turno acompañados, eso sí, con teoría de cómo, a su juicio, funcionarían mejor las cosas. La también presidenta del PP y parlamentaria regional lleva ya un año pudiendo poner en práctica esas ideas que esgrimía en la oposición. Los vecinos de Arrecife tienen la palabra, pero no parece que la ciudad haya notado su gestión y tampoco da la sensación de que el Ayuntamiento haya mejorado su histórico caos organizativo de puertas para adentro. Pero que nadie se preocupe: la pandemia le ha dado la excusa perfecta. Prepárense para muchos meses de “yo quería y sabía cómo, pero el coronavirus ya tal”. Puede que la cantinela se arrastre hasta final de legislatura.

Pleno

Lo ocurrido este martes en la sesión plenaria pareció escrito por quien diseñaba los guiones de la más vieja y rancia política conejera. Astrid Pérez pretendía aprobar los presupuestos del Ayuntamiento de la capital de Lanzarote sin el preceptivo informe económico-financiero. Y cuando la oposición se lo advirtió, afirmó que sí existía pero que “por error” no había sido adjuntado al resto de documentación. La vieja excusa de que el perro se me comió los deberes. En todo caso, eso, por sí mismo, ya sería noticiable: Astrid Pérez cometiendo un error que, como diría su admirado Rajoy, no es un error menor. Dicho de otra manera: es un error mayor. Tras una bronca política sobre el particular, y en vista de que los presupuestos -nada menos que los presupuestos- no se podían aprobar sin el papelito, se decidió que quedaran sobre la mesa y, mientras, convocar un pleno para la tarde con la esperanza de que apareciera como por arte de magia. Porque ella insistía en que existir, existía.

Enchufe

Y por la tarde apareció. Según la oposición se hizo en ese ratito y desde el ordenador de uno de los últimos asesores contratados por la alcaldesa: Yonathan de León. Sí, efectivamente. Ese mismo que ustedes están pensando. No crean que eso no se hace en un momentito: tiene tres párrafos y ocho líneas en total. En medio de este quilombo la alcaldesa decide que el jueves -el jueves- celebrará una rueda de prensa para dar explicaciones. A ver qué se inventa. Sin embargo, el glorioso día de Astrid Pérez deparaba una sorpresa final: el nombramiento del ex PIL, ex Nueva Canarias, ex San Borondón-Coalición Canaria, Carlos Alberto Alférez Orjuela como concejal delegado de la Unidad de Subvenciones. Era un clamor que la ciudad reclamaba un nuevo liberado, así como en media Europa se conocía que nadie de entre los miembros del gobierno o del personal municipal podía asumir tan gran responsabilidad. De hecho, para esta misma semana había convocada una manifestación reclamando más enchufes en Arrecife. El recorrido previsto partiría del antiguo Cabildo, como toda manifestación que se precie, para concluir en el lago de La Santa donde, si hacemos memoria, hubo un tiempo en que se quiso montar allí un cable esquí muy mono.

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