Aforado Clavijo

Mucho había tardado Fernando Clavijo en poner sobre la mesa del Juzgado de Instrucción Número 2 de La Laguna que él no es un ciudadano cualquiera. El pasado lunes dejó claro que en su calidad de senador electo por la Comunidad Autónoma se encuentra aforado, por lo que no puede ser juzgado por un tribunal ordinario, sino por el Tribunal Supremo. Por lo tanto, el caso Grúas, causa por la que está siendo investigado —antes, imputado—, pasará a ser tramitada por el alto tribunal.
 
El ex presidente de Canarias y su partido, Coalición Canaria, siempre negaron lo evidente, que pretendía escudarse tras el aforamiento, una prerrogativa que derogó la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias y que aún se conserva para los senadores. Fernando Clavijo es senador desde el 31 de julio, por lo que ha reclamado que su causa sea elevada al Supremo justo cuando se pedía el testimonio de un testigo clave y, en apariencia, fatal para sus intereses.      
 
Al reclamar su privilegio, Fernando Clavijo deja en evidencia, en efecto, que no es un canario cualquiera, de a pie, después de subrayar que para hacer política nada mejor que la Cámara Alta, en Madrid, y no en y desde Canarias. El pasado le persigue, ya que su paso por la Alcaldía de La Laguna le deja dos causas y un reguero de investigaciones judiciales —antes, imputaciones— bastante graves, como prevaricación, malversación de caudales públicos y tráfico de influencias. Cada vez más solo, está quedando bastante mal en la foto, el ex presidente.

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