No sé si son torpes o malintencionadas, o ambas cosas a la vez. Ignoro si la táctica de desgaste al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Arrecife pasa por dejar cadáveres en el camino, por aquello de los efectos colaterales. Pero el PP en el Ayuntamiento de Arrecife se ha cubierto de gloria con sus manifestaciones en torno a un concurso, uno más de los que se celebran en la isla, que tienen como justificación la elección del cartel de las fiestas de San Ginés. Arremete contra el equipo de gobierno por dejar desierto el concurso, como si la decisión hubiera sido de éste y los componentes del jurado fueran unos títeres al servicio de unas supuestas componendas para darlo a dedo. Quieren ignorar que cuando se quiere dar a dedo, se hace y no pasa nada, tal y como ha sucedido en múltiples ocasiones anteriores, sin necesidad de justificar esa decisión designando un jurado que el PP local supone tan fragilón como para dejarse manipular.
El PP manifiesta en su denuncia que no se puede faltar al respeto a los participantes en dicho concurso cuestionando y dejando entrever la poca calidad de sus trabajos. Pero ellos faltan al respeto a quienes componen el jurado. Quiere ignorar la representante del PP que, en los concursos, gana, o debería ganar, el mejor, y que, en múltiples ocasiones, si se desechan todos es porque no están a la altura. Quiere ignorar la representante del PP que la mera participación supone la aceptación de las bases, y que, finalmente, para los rechazados, algunos o todos, esas decisiones no son gratas porque nadie se presenta para perder, sean concursos urbanísticos, para la limpieza de las calles o de misses. En esta ocasión, el jurado estimó que perdieron todos y no cabe más que aceptar la decisión, aunque no se comparta. Otros, en las redes sociales, como la representate de Ganemos en el Ayuntamiento de Arrecife, hace muy poca pedagogía y practica mucha demagogia victimizando a los participantes, sin preguntarse si la calidad de esos carteles llegaban al mínimo, con independencia de las trayectorias profesionales de los presentados. A partir de ahora, visto el nivel, tendrán que pedir disculpas a las misses que vayan perdiendo en los certámenes insulares, a los arquitectos que no ganan determinados concursos, y, de paso, tendrán que darle un repasito a los jurados, y ponerlos a todos a caer de un burro. Decididamente, pierden el norte.
