Top Secret, 24 de febrero de 2017

¿A qué consejera del Gobierno de Canarias se han lanzado a defender de forma tan fervorosa como extemporánea los de CC en Arrecife? A una de las suyas, por supuesto. Al parecer injustamente tratada por los medios de comunicación. Obviamente. Cuando a un político le pasa algo malo la culpa es siempre de los medios de comunicación, que son muy malas personas. Para llegar a esta conclusión no vale cualquiera, ojo. Hace falta tener carrera universitaria, como un cuarto de siglo de vida política, haber perdido unas cuantas elecciones, que te enchufen en cargos de relevancia y atesorar centenares de fotos con obras y famosos. Cumplidos estos requisitos ya puedes decir que la gestión del Festival de Música de Canarias ha sido poco menos que un éxito. Da igual que la propia consejera a la que defienden, la conejera María Teresa Lorenzo, titular de Cultura, haya reconocido en comisión parlamentaria (nada menos) que asume la responsabilidad de los errores cometidos en el Festival de Música de Canarias, como los espacios "que no han funcionado", y que, días después, añadiera que "los resultados económicos del Festival de Música no fueron los esperados".

 

No atinamos a saber qué parte de 'errores cometidos' o de 'resultados económicos no esperados' no han entendido en Coalición Canaria Arrecife. De saberlo se lo explicaríamos. Porque cuando la máxima responsable política de un evento, el que sea, reconoce que los resultados no han sido los esperados, que hay espacios que no han funcionado y que, además, los resultados económicos tampoco han sido los deseados, poco más hay que decir. En realidad nada más habría que añadir. Eso por no hablar de cuándo lo dicen. Las primeras críticas al Festival llegaron visto el fracaso de los 'grandes' conciertos iniciales. El evento terminó el 3 de febrero. Sólo han tardado 20 días en salir a defender a la consejera. Puede que ustedes los hayan visto más rápidos. Seguramente existan, sí. Por cierto, en esa defensa pública, nada dicen de quien ha sido el director del Festival. Otro conejero: Nino Dïaz. Respetadísimo en los ambientes culturales de media Europa que, sin embargo, no merece ni media palabra de consuelo por tan dolidos nacionalistas capitalinos. Y que, salvo que gane el concurso que se va a convocar, ha sido ave de paso por el Festival. 

 

Dicho lo anterior, convenimos en que las intenciones de la consejera de Cultura fueron las mejores. Un Festival de Música 'secuestrado' por el lobby masón de Canarias no parece encajar demasiado en los nuevos tiempos que la sociedad reclama. Probablemente el principal error de Mariate, como le conocemos por aquí, fuera el no satisfacer a tan ilustre audiencia, independientemente que luego desarrollara los otros planes: acercar el evento a los oídos más populares,  a los bolsillos menos pudientes y a los lugares más alejados. Pero una vez que reconoce errores y que anuncia rectificación para las siguientes ediciones, ¿qué más se le puede pedir? ¿La dimisión? Francamente, los masones (y los no masones) tienen mil motivos y diez o doce figuras políticas más a quienes pedir que aparquen su carrera política. Buen fin de semana a todos los fieles del Top Secret.