Suspensión, suspenso y suspense

Suspensión, suspenso y suspense

Los trabajadores de los Centros Turísticos dejan en suspenso la huelga y se incorporan a sus puestos de trabajo este lunes. Los trabajadores suspenden al presidente del Cabildo, a los consejeros de Hacienda y Turismo, al gerente de los Centros y al Consejo Político Insular de CC, cuya parálisis consideran que es una irresponsabilidad. Con Pedro San Ginés al frente, CC se ha inclinado por el género del suspense como fórmula para resolver este conflicto y para echar a suertes su destino en la política insular.
 
Con un carácter público aunque guiado por una filosofía de empresa en su gestión, los Centros Turísticos se configuran como el primer motor económico de la isla, dedicando sus beneficios a financiar las políticas públicas a través del pago de cánones al Cabildo y a los Ayuntamientos de Haría, Tinajo y Yaiza. Considerados la joya de la corona de la oferta de arte y naturaleza de la isla, y culmen de la obra creativa espacial de César Manrique, los trabajadores desempeñan un papel crucial y protagonista en la calidad del servicio que prestan los Centros y que, a juicio de los clientes, roza la excelencia. Algo estarán haciendo bien, a pesar de las críticas brutales e injustas que reciben desde el aparato de propaganda de CC.
 
Los trabajadores han estado y están a la altura. Las fuerzas de la oposición y el partido socialista también, al igual que los sindicatos, las patronales -aunque de aquella manera- y los ayuntamientos. Todos han estado a la altura, con una única excepción: ese lugar arcaico y temeroso de su líder llamado CC, una formación con tics autoritarios que reniega el diálogo y el acuerdo, que desprecia la inteligencia y la diferencia, que considera que su destino en la vida es mandar y que cree que la compleja sociedad insular y su problemática, aún más enmarañada, se gestionan a base de varillazos en las costillas. CC tiene un grave problema. Lanzarote necesita imperiosamente dejar de tenerlo.

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