Esculturas bajo el mar

Primer año de vida del Museo Atlántico

Controvertido desde su gestación, persigue añadir un atractivo más a la marca Lanzarote y diversificar la oferta insular de ocio, recreo y deporte.
Primer año de vida del Museo Atlántico

El Museo Atlántico cumple su primer año de vida este miércoles. ‘Abrió sus puertas’ el 10 de enero de 2017 convertido en el octavo centro turístico de la red integrada en el ente público empresarial local dependiente del Cabildo. El Museo Atlántico nació con la vocación de añadir un atractivo más a la marca Lanzarote, diversificar la oferta de ocio, recreo y deporte, aliviar la presión de otras zonas de buceo de la isla y contribuir al desarrollo económico de este sector. Asimismo, entre sus objetivos se encuentra llamar la atención sobre la necesidad de preservar el mar y la vida marina.
 
El Museo Submarino se encuentra en las inmediaciones de la bahía de Las Coloradas, cerca del puerto deportivo Marina Rubicón. Su autor, Jason deCaires,  creó el primer parque de esculturas submarinas, radicado en la isla caribeña de Granada, así como el primer museo submarino en el mundo.
 
deCaires instaló en el lecho marino 300 esculturas en hormigón de pH neutro
Polémico desde el momento mismo de su gestación, el Museo Atlántico obedece a una iniciativa del escultor británico Jason deCaires. La controversia se desató en algunos ámbitos políticos y ciudadanos debido a la proximidad del Museo al puerto Marina Rubicón, cuya licencia ha sido anulada por la justicia, al alquiler por parte de los Centros Turísticos de un local de este mismo puerto para realizar las esculturas y a los vínculos existentes en los inicios de este proyecto con el ex asesor de arte Helge Achenbach, que cumple condena por fraude en Alemania.
 
Jason deCaires instaló en el lecho marino arenoso 300 esculturas realizadas en hormigón de pH neutro, que se extienden a doce metros de profundidad sobre una superficie de 2.500 metros cuadrados (casi medio campo de fútbol). Las piezas atraen la vida marina y, a modo de arrecife artificial, convierten el museo en un lugar atractivo para los buceadores, con y sin equipos de inmersión. Este equipamiento submarino intenta incorporarse al diálogo entre el arte y la naturaleza, que es el que preside desde sus orígenes los Centros Turísticos creados bajo la impronta artística de César Manrique.
 
La afluencia máxima anual es de algo más de 50.000 personas
Resulta obvio que el Museo Submarino no tiene puertas, ni paredes, ni cuenta con una taquilla para cobrar entradas a los visitantes. El museo abre de 10:00 a 16:00 horas todos los días del año y permite el acceso de un grupo cada media hora. En cada entrada se permiten como máximo 15 personas, contando con los instructores. En base a estos requisitos, la afluencia máxima anual es de algo más de 60.000 personas, que abonan 12 euros si bucean y 8 euros si lo contemplan ayudados de unas gafas y un tubo (snorkel). El precio no incluye equipo de buceo ni el transporte, mientras que la visita se realiza a través de los centros de buceo oficiales existentes en la isla.
 
Así se configura el modelo de negocio del Museo Atlántico, que puede ser visitado, como máximo, tan sólo por dos de cada cien turistas que anualmente visitan Lanzarote. El promedio de visitas fue de unas 730 personas al mes durante el año pasado, sumando algo más de ocho mil durante todo 2017. Este modelo se complementa con los ingresos del merchandising. El 2% de los ingresos del Museo se destina a proyectos de protección, estudio y/o divulgación de la vida en el medio ambiente marino de Lanzarote y Canarias.

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