Top Secret, 26 de diciembre de 2017

Pactado está

Pactado está
El secreto a voces del que todo el mundo hablaba se consumó en vísperas de la Nochebuena. Sin ninguna sorpresa y sin prestar atención a los porqués, asistimos a la consumación del acuerdo. Sin prestar atención a los argumentos que ofrecieron las partes porque era tan evidente que iban a pactar que tanto daba si era por la estabilidad de la institución que por el bien del pueblo o por un homenaje a la discografía de Pepe Benavente. De repente callaron las feroces críticas y amagos de demandas entre el PP y el presidente del Cabildo, y pasó al cuadro de honor de la galería de babiecadas la máxima del secretario general del Partido Popular de Lanzarote, Joel Delgado, esa que dice que pactar con imputados es asunto de sinsentidos y sinrazones. Algún sentido y alguna razón le habrá visto al tema la presidenta insular, Ástrid Pérez, máxima artífice de que la cosa culminara. A Delgado le quedan dos opciones: o dimite de dirigente de un partido por no coincidir sus principios con el modus operandi, o se calla y deja de piar tuits demagogos. Aún sin conocer si se han firmado o no los decretos de nombramientos (que suponemos, aunque no se haya comunicado), Saray Rodríguez, Maite Corujo y  Ángel Vazquez ya forman parte del gobierno en mayoría… si el PIL quiere.
 
Mosqueo en el PIL
En efecto, si el PIL quiere, porque la mayoría absoluta no es posible sin el concurso del insularista Manuel Cabrera y el tránsfuga de Nueva Canarias Juan Manuel Sosa. Y ya Cabrera ha amagado con amagar que amaga que dimite. Lo cual ya es mucho mérito en un partido que lleva todo el mandato, en todas partes, haciéndose el muerto. O, si lo prefieren, tratando se pasar desapercibidos en una fiesta en la que se han colado no sea que los descubran y los echen. Lo cierto es que a Manolo Cabrera acababan de nombrarle vicepresidente segundo del Cabildo, lo cual da cierto caché y unos miles de euros más al año. Y ahora ese puesto le correspondería a Saray Rodríguez, en aras de la lógica política puesto que el PP aporta más votos y consejeros al pacto. Y, claro, Cabrera ya ha dicho que esto no es serio. Y algún portavoz de su partido también lo ha dicho. Es cierto que hay que poner en cuarentena lo que diga el ‘nuevo’ PIL. Todos recordamos cuando el presidente del partido, Ramón Bermúdez, dio el ultimátum a San Ginés nada más quedarse en minoría. Esperaban que lo arreglara antes de finales de septiembre ‘o ya verían qué decisión tomar’. 
 
Los otros pactos
Y en realidad el PIL, y por consiguiente la mayoría en el Cabildo, no depende tanto de sus principios cuanto del Partido Socialista. Sí, como tantas otras veces en la (triste) historia política insular. PSOE y PIL han sido la pareja (de conveniencia) mejor avenida de isla, sin duda. Y todavía hoy queda algún rescoldo. Concretamente en Arrecife y San Bartolomé. No lo parece (hablábamos antes de la enorme capacidad de ese partido para pasar inadvertidos) pero ahí están. Dependiendo de lo que las dos alcaldesas socialistas quieran hacer con ellos. Porque aunque la política no es, ni mucho menos, tan elegante como una partida de ajedrez, en ocasiones encontramos ciertos paralelismos. Y, de repente, en el PIL prefieren sacrificar una torre para seguir manteniendo un álfil y dos caballos. A partir de ahí se abriría un mar de posibilidades que por cuestiones de espacio (y porque es muy aburrido) no vamos a enumerarlas.

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