Top Secret, 2 de agosto de 2017

Ecos de un mal cese

Mariate, cese radiado
Las cosas se pueden hacer bien o mal, ya que cuesta el mismo esfuerzo una que otra, pero hay quien se empeña en hacerlo muy mal. Es el caso del cese de María Teresa Lorenzo al frente de la Consejería de Turismo Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias. Quizá forzándola a que presentara su renuncia de manera “voluntaria”, para evitar el escarnio de su cese, durante semanas se radió, en directo, minuto a minuto, la oportunidad de su relevo al frente de su departamento. Al final, ha sido sometida a la afrenta que, en apariencia, se quería evitar. Y no había necesidad. El desenlace sido muy poco elegante por parte de la dirección de CC en Canarias y en Lanzarote. Necesitaban una crisis y un revulsivo, y le tocó a ella, quizá por ser la única que tomaba apuntes en las reuniones y tiene una letra legible. En declaraciones a EFE, ha señalado que ha estado sometida a un fuerte desgaste en los dos últimos meses, y que pensó en otras funciones más técnicas y menos políticas como alternativa. Al final no está claro si se fue o la echaron, aunque parece que se fue. Parece que la obligaron a irse. En fin, un cese agónico y feo.
 
El turismo, a toda vela
La aristocracia melómana de Canarias, rancia en buena medida, ha sido la agraciada con la cabeza de María Teresa. Ésta osó “entrometerse” en los entresijos del Festival de Música de Canarias y la respuesta fue quemarla en una pira, poniendo en entredicho su gestión cada día. Una excusa flojita, aunque tiene su razón de ser, porque en materia turística no se le puede poner ni un solo reparo a la consejera saliente. No tanto por su gestión, cuanto por la racha excelente que registra la industria, con cifras históricas, así que bastaba con dejar que las cosas fluyeran para lucirse en la cartera de turismo. Con no encharcarla tenía. ¡No hagas nada! ¡Ni se te ocurra! ¡Dejar hacer, deja pasar! Le han dicho a su sustituto, Isaac Castellano, sabedores de que con no meter la pata el éxito está asegurado. Isaac que lo ve venir, ha tomado nota, y ya ha comenzado a hacer valer, con discreción, y un perfil político bastante plano, la cuota conejera en el ejecutivo de Fernando Clavijo. De entrada, el nuevo consejero ha de vérselas con la designación del nuevo director del Festival de Música de Canarias. ¡Menudo marrón!

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