ANÁLISIS

Vendimia, 2,5 millones de kilos de los hoyos a las copas

Pronto llegará el momento de los vinos, que disfrutan desde hace siglos de inquebrantables lealtades, en especial los blancos de Malvasía.

Vendimia, 2,5 millones de kilos de los hoyos a las copas

El resultado de la vendimia de esta temporada es una gran cosecha: muy productiva y de gran calidad. Después de dos años de sobresaltos, el sector estaba necesitado de una buena noticia, de vivir con cierta normalidad. La viticultura se vio sacudida, primero, por una cosecha que no se había visto en décadas seguida, después, por otra raquítica como tampoco se había visto en varios lustros. Entre medias, carreras del vino, una bodega precintada, el proyecto ‘Salvar La Geria’ y una sentencia judicial que anulaba el Plan Especial del espacio natural protegido más singular de la isla. Demasiado estrés para una fruta tan delicada y unos vinos tan sedosos.

Finalizada la zafra se recogieron unos dos millones y medio de kilogramos de uvas, un volumen que sólo se ha alcanzado en seis ocasiones en los últimos veinte años. Lejos de los 3,7 millones de 2015, pero a mucha mayor distancia de los exiguos 700.000 kilogramos cosechados el año pasado. Lo dicho, esta ha sido una gran cosecha, entre otros motivos porque las condiciones climatológicas han acompañado, y en la que han estado implicados casi 1.800 viticultores que son propietarios de más de ocho mil parcelas.
 
En el corazón de La Geria subir y bajar los inmensos hoyos se realiza hoy como hace cien años
 
La recogida del fruto de las viñas sigue siendo una actividad intensiva en fuerza de trabajo. Familias enteras y contratados eventuales se dedican a cortar las uvas que darán forma a los vinos conejeros. Así viene siendo desde hace siglos, implicando personas, manos, hoyos, cenizas y cestas, una actividad que antiguamente se ejecutaba con la ayuda de animales de carga, como los camellos. Las cestas han sido sustituidas por cajas de plástico y los animales por vehículos aparcados en las cercanías de las fincas, cuando ello es posible. Y cuando no, a caminar con las cajas a cuestas. Sin embargo, en el corazón de La Geria subir y bajar los inmensos hoyos se realiza hoy como hace cien años, como si se tratase de una labor de jardinería artesanal. Siendo imposible la mecanización, aquí nada ha cambiado: el trabajo sigue siendo agotador.
 
Alrededor de la cuarta parte de la cosecha ha ido a parar a Bodegas El Grifo, con casi 800.000 kilogramos. Es la más antigua de la isla y cuenta con un museo. En el Museo del Vino El Grifo se exhiben el antiguo lagar, la bodega, la maquinaria y los útiles de vinificación empleados al menos desde el año 1775, mostrando la evolución de la cultura vitivinícola de la isla desde su nacimiento. La presencia de este equipamiento está señalada por una escultura que lleva la impronta creativa de César Manrique y que representa el Pájaro Grifo, un animal fantástico con la mitad superior del cuerpo de águila y la inferior de león.
 
El Consejo Regulador entregará a las bodegas 1.700.000 contra etiquetas para otras tantas botellas de vino
 
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen entregará este año a las bodegas alrededor de 1.700.000 contra etiquetas, por lo que saldrán al mercado otras tantas botellas de vino. La inmensa mayoría se adherirán en envases de Malvasía, y, en menor medida, de otras variedades, como Diego o Moscatel. Muy pronto llegará el momento de los vinos, que disfrutan desde hace siglos de inquebrantables lealtades, en especial los blancos de Malvasía: de excelente paladar, brillantes y con finos e intensos aromas. Unas virtudes mil veces elogiadas como la propia viticultura lanzaroteña, ya que estamos ante un espectáculo paisajístico que conecta con lo más profundo de las emociones.
 
Con estas cifras, la facturación del sector rondará los 13 millones de euros. De ellos, la cuarta parte irá a parar a los cosecheros y las tres cuartas partes restantes a las bodegas. Subvenciones a unos y otros aparte. Oiga, ¿y a cuánto se paga la uva? ¿Y es posible que el lobby platanero permita aumentar las subvenciones europeas a la uva? Eso: demasiado estrés para una fruta tan delicada y unos vinos tan sedosos.

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