Top Secret, 10 de enero de 2018

Teguise como ejemplo

Teguise como ejemplo
En Arrecife no suele sentar muy bien que se les compare con Teguise. Fundamentalmente porque salen perdiendo. Peor caía, la comparación, con Rafael Juan González en el Gobierno capitalino. ¿Por qué? Porque Rafa Juan trató de ser alcalde de Teguise por dos veces sin conseguirlo. Y eso queda ahí. Y porque, justo es reconocerlo, realizó ímprobos esfuerzos al frente de Cultura de Arrecife para arrebatar protagonismo a la Villa. Es cierto que comprando ‘cultura’ a granel, por kilos, aprovechando el paso por aquí cerca del barco de los cantantes y no mirando tanto la calidad del producto final, pero movió de forma notable la agenda del viejo Puerto. Decía estos días el responsable de Festejos de Arrecife, David Duarte, que la Cabalgata de Reyes Magos de la capital había sido la mejor de la isla. Y probablemente hubiese sido así de no ser porque otras seis o siete le superaron en talento e imaginación. La peor, con diferencia. Y todavía pudo caer más bajo de no ser por la participación de firmas comerciales que ayudaron a hacer bulto y a que hubiese ‘la friolera’ de seis carrozas (que junto a seis camellos, fue la vara de medir el éxito que utilizó el concejal).
 
Teguise y Haría
Teguise y Haría, con mucho menos presupuesto que Arrecife, completan sendas cabalgatas de Reyes que colman la expectación de niños y mayores y apenas despiertan razones para la crítica. A los dos municipios norteños les unen varias cosas: el aprovechamiento de recursos de otros actos y la inmensa ilusión que los respectivos departamentos de Cultura le ponen al evento. A este y a todos. En Teguise, desde hace años, se celebra un musical basado en las películas de Disney y protagonizado por jóvenes que, posteriormente, forman parte de la cabalgata real donde también tienen hueco decenas de niños que, desde el inicio de las vacaciones de Navidad, realizan talleres temáticos que luego aprovechan en la víspera del 6 de enero. En Haría, por su parte, el Ayuntamiento aprovecha la celebración de Malabharía, el Festival Internacional del Circo, para nutrir la comitiva de los Reyes Magos de malabares y acróbatas.  Y otros municipios también echan mano de clubes de patinaje, o de gimnasia y otros colectivos que se añaden a carrozas y camellos y hace que, durante un buen rato, pasen cosas por delante de las narices de los asombrados chinijos. En Arrecife las pocas cosas que pasan lo hacen, además, muy rápido.
 
Más oportunidades
El Ayuntamiento de Teguise anuncia este miércoles la puesta a disposición de sus residentes mayores de 16 años nada menos que casi un centenar de cursos online de carácter gratuito, tanto para desempleados como para personas que tienen un puesto de trabajo. Se trata de formación que va desde la programación a ofimática pasando por contabilidad, gestión de recursos humanos, márketing, idiomas, medio ambiente, diseño, etc… Una plausible iniciativa que seguramente provocará una respuesta ciudadana en positivo. Porque raro es que no se encuentre un curso con el que se identifique alguien que desee ampliar conocimientos en lo suyo o probar cosas nuevas a ver qué tal. Mientras, Arrecife lo que anuncia es que le paga a los proveedores. Fíjense de qué se presume: de pagar las deudas que acumula. Seguramente tras varios meses de retraso porque es difícil que en el consistorio capitalino se hagan las cosas en tiempo y forma. Imaginación (y trabajo) frente a rutina.

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