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De Plaza del Mercado a patio del Ayuntamiento

La antigua Recova de Arrecife alberga la única plaza interior de la ciudad con valores históricos y etnográficos.

De Plaza del Mercado a patio del Ayuntamiento

“Voy a la Plaza”. Hace medio siglo, esta frase tenía todo el sentido e indicaba que ibas de compras al antiguo mercado abastos. También llamada Recova, ocupaba el patio central de una manzana contigua a la Iglesia de San Ginés, comprendida entre las calles Academia, Liebre y Manuel Miranda y la avenida de la Marina, que en este tramo adopta el nombre de Vargas. La parte anterior del conjunto, proyectada como escuelas por el arquitecto Manuel de Oraá, fue demolida en los años ochenta para edificar la sede del Ayuntamiento de Arrecife. La eficiente maquinaria arrambló con la estructura porticada en “U”, formada por tres galerías de arcos de medio punto con dovelas de cantería basáltica que descansaban sobre pilares de planta cuadrada. Hubo quien lo llamó progreso.

En los albores del turismo, cuando el Parador era el gran establecimiento alojativo de Lanzarote, la visita a la Recova era obligada para aquellos primeros viajeros. En las Islas se denomina recova a un sitio público con puestos diferenciados, destinados a la venta de frutas y verduras, carnes, pescados y otros productos. Era una imagen de tipismo y autenticidad que merecía ser fotografiada o filmada, pero también la expresión de las estrecheces que padecía a la mayor parte de la población en aquella época.
 
Hoy es el patio de recreo de los trabajadores municipales y motivo de extrañeza de algún guiri despistado
 
Aquel patio central que fue la Plaza del Mercado estaba formado por dos plataformas dispuestas en dos niveles que todavía se conservan. Aunque llegó a acoger un terrero de lucha, hoy es el patio de recreo de los trabajadores municipales y motivo de extrañeza de algún guiri despistado que allí se acerca esperando encontrar un mercado auténtico. También es el lugar de encuentro, entre cortados, de algunos parroquianos que pasan de los sesenta y que son devotos de la palabra bajo el frescor y la sombra que ofrecen los magníficos laureles de Indias plantados en la plataforma superior. Los de la inferior son ficus benjamina y tienen la misma edad que la Casa Consistorial.
 
La Plaza centralizó el comercio agropecuario de la isla desde el último cuarto del siglo XIX hasta sobrepasada la mitad del XX. Además de sus tres galerías, la plataforma inferior del patio, la Recova propiamente dicha, contaba con varios aljibes, dependencias para el ganado, matadero, espacios para la venta de carnes, cuatro lonjas y otros cuartos auxiliares. La plataforma más elevada se empleaba como pesebre. Es la única plaza interior de la ciudad con valores históricos y etnográficos.
 
Algunos todavía acuden a la Recova tan solo para intentar rememorar estampas de otro tiempo 
 
Algunos todavía acuden a la Recova tan solo para intentar rememorar estampas de otro tiempo, pero suelen tropezar con un espeso vacío aunque a su alrededor permanecen las trazas de una parte de la edificación original. Hacía el interior, en la parte alta del patio, se abren pequeños puestos artesanales en dependencias añadidas y un pequeño bar en el mismo emplazamiento que el antiguo. Abajo, a veces, hay algún puesto temático. Dos bolas blancas de hormigón flanquean la escalera que une ambos espacios, y fueron realizadas por el desaparecido Luis Morales Padrón en los años cincuenta, cuando trabajaba en el equipo de mantenimiento del Ayuntamiento de Arrecife.
 
Hoy día, el mercadillo que cada sábado se instala en la plaza de la Iglesia de San Ginés no es más que un vago recuerdo del trajín que se respiraba en la Recova en otra época y que arrancaba a las seis de la mañana.

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